Hoy 12 de agosto habrias cumplido 64 años, amorito.
Pero no podrá ser.
Esta vez no podremos celebrarlo como en años pasados, como tu cumpleaños 62 en la pastelería Sacher de Viena y en la noria del Prater.
O en el 60, cuando lo celebramos en el café Freud de Berggasse 19.
No podrá ser.
Ahora hace justo un año, tu malvada familia, que tanto te odiaba te secuestró de Barcelona para ser llevada a Bogotá y ser maltratada hasta la muerte para satisfacción y júbilo de tus hijos que tanto daño te hicieron en vida
No voy a perdonarles jamás
Aquí está detallado todo lo ocurrido por lo que les he denunciado ante las autoridades
Sant Jordi siempre acaba matando al dragón. Y esta vez no será distinto
Aquí el detalle de la denuncia
Personalmente podría haber perdonado u olvidado que tu hija malvada, para castigarme por haberte salvado la vida cuatro años y medio dispusiese en Bogotá cuando tomé el avión para estar contigo, a pistoleros armados con órdenes de "pararme como fuese", es decir, sicarios con órdenes de matarme a tiros como a un perro rabioso. Pero jamás podré perdonar todos sus esfuerzos para destruir metódicamente tu salud. Sus esfuerzos para convencerte de que abandonases los tratamientos y te dejases morir. Su insistencia malvada de que ya no les hacias falta a tus hijos "ni a nadie" (sic) y murieses por fin.
Aún tengo grabada en la memoria la semana posterior a cuando tu hija te pidió que te dejases morir, que no quería que siguieses viviendo. Recuerdo como estuviste una semana en la cama llorando y repitiendo una y otra vez: "Porqué me odia tanto mi hija" "Que le he hecho yo para que me odie tanto?"
Llegaste a verbalizar (fue la tercera vez en cuatro años) tu intención de suicidarte por el desprecio que tu hija te mostraba. Y yo no sabía como reaccionar. Pero sí te digo que si algún día tengo la oportunidad de ponerle la mano encima a tu hija saldaremos esa cuenta y recibirá su merecido
Tanto odio te llevó a abandonar dos tratamientos, el 28 de abril y el 27 de mayo.Y con ello a destruirte la salud, como tus hijos querían.
Y todo ello por un motivo: Su codicia y su odio. Tu hija perturbada, (hoy flamante "Secretaria de desarrollo distrital en Bogotá) te odiaba a muerte desde que tu separación le impidió seguir viviendo la vida de princesita mimada y consentida en hoteles de cinco estrellas que había llevado hasta los once años. Y tu hijo quería ocultar los efectos de una estafa que había realizado con la entidad MBNA pidiendo dinero en tu nombre, quedándose el dinero y endosándote la deuda. Suponía que tú, otra vez, como siempre, se lo perdonarías todo, pero sabía que yo no lo haría. Por eso tenías que morir.
Ambos además te exigieron que les regalases tu patrimonio, tu apartamento en la Costa Brava. Tu te negaste y te odiaron por ello
Hace un año tus hijos quisieron meterme preso y matarme a tiros como venganza por haberte salvado la vida e impedir que te robasen tu patrimonio. Ahora soy yo quien les denuncia para que acaben presos
Ni las peores alimañas se comportan con sus madres como ellos se comportaron contigo.
Ahora todo eso ya poco importa.
Tu ya estás en un lugar mejor donde su odio y su maldad ya no te puede alcanzar.
Y sabes? La segunda parte del libro De Cara al Viento ya es una realidad. Ojalá a tu hija le de un ictus sólo de leerla. No creo que lo haga pero si lo recibirá tanto la alcaldesa como el rector de la Universidad de Rosario. Y la prensa.
Si tu hija quiere pelea, la tendrá. Y la lamentará.
Cada vez quedan menos cosas pendientes para hacer y menos tiempo por tanto para que volvamos a estar juntos
Como escribí hace un año, te sigo echando de menos, en las cosas pequeñas y en las importantes. En un vacío demasiado grande para llenar.
Decía Freud
"Un ser humano bueno y noble es una fuente inquebrantable de alegría, simpatía y admiración"
Este podría ser tu epitafio.
Porque lo eras.
Quizá demasiado
Demasiado para una familia a la que te pasaste seis décadas mendigando su amor y su respeto y recibiendo a cambio su desprecio y su odio cuando no los brutales y sádicos malos tratos de tu madre alcoholizada y sobre todo el cruel y absoluto desprecio tus hijos incluso un año después de tu muerte
No sé si podré perdonarme no haber sido capaz de convencerte que te cuidases. Que abandonases esos brutales desplazamientos a Colombia para mendigar amor a tu familia, siempre inútilmente.
Sin ellos, estoy convencido que habrías superado la enfermedad.
Sé que volveremos a vernos, amorito.
Algún día. Y te prometo que toda la eternidad no será tiempo suficiente para que demonios malignos puedan separarnos.
Te quiero y te echo muchísimo de menos

62 cumpleaños en la pastelería Sacher de Viena

Noche del 62 cumpleaños. Crucero por el Danubio