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Este libro es la continuación del libro "De Cara al 

Viento", publicado por Susana Peña Fandiño en julio

16, en el que contaba su enfermedad, un tumor

cerebral, desde que éste empezó a manifestarse,

finalizando con mi aparición en su vida

En su contraportada explicaba algo que Susana

sentía muy profundamente: "la vida es un don

milagroso al que hay que entregarse con esperanza

y sin temor"

 

Ciertamente eso es lo que pensaba. Pero su realidad

era mucho más compleja, y más dura

 

Por eso he creído necesario acabar la historia que ella

empezó, tal y como ella me pidió que lo hiciese. .

Aunque esta historia no haya tenido un buen final, y

precisamente quiero explicar porqué. Pero esta vez sin maquillar la realidad en ningún sentido

 

Su final puso de manifiesto una triste realidad: Susana estaba condenada desde el primer momento por una razón muy sencilla: No tuvo durante buena parte de su enfermedad, ni el apoyo ni de su familia ni de buena parte de su entorno, como no lo había tenido en los años previos a la enfermedad. Y en estas condiciones es imposible vencer al cáncer.

Esta es la gran lección de la segunda parte del libro. La enfermedad no se puede vencer sólo con buena voluntad y valentía si se cuenta con la oposición de una familia hostil como le sucedió a Susana, la cual además era reacia a cuidarse, haciendo enloquecidas maratones de viajes a Colombia, pese a mis ruegos en contra y mi convencimiento -y el de los médicos- que le perjudicaban notablemente la salud, no sólo por el agotamiento que sufría sino también por sucesivos desplantes de su familia en ellos, sin los cuales creo que el desenlace de la historia habría sido distinto.

Ella me pidió en más de una ocasión que yo contase su historia a sus nietos y así también se hará realidad su voluntad

La historia de Susana, no fue sólo la de un tumor que había aparecido de la nada, sino la historia de una persona que tuvo una vida extraordinariamente difícil, teniendo que sortear unas dificultades más que complicadas que la obligaron a reinventarse y reconstruirse en más de una ocasión,  después de sucesos extraordinariamente graves incluyendo varios intentos de suicidio que desembocaron en su enfermedad y en su triste final.

Esta historia, su contexto, es lo que explica que finalmente ella bajase los brazos ante la enfermedad, y se abandonase a un final doloroso, cruel e inmerecido, del que su familia tuvo una gran responsabilidad

Estoy absolutamente convencido que Susana no murió de cáncer. Murió teniendo un proceso cancerígeno si, pero murió gracias al maltrato dado por su familia en sus últimas semanas de vida -todo ello demostrable con documentación médica- , y murió cuando se dió cuenta que no podía seguir mendigando un amor de sus hijos y de sus hermanos que siempre le había sido explícitamente negado. El cáncer no pudo con ella. La falta absoluta de amor y respeto de su familia y su hipócrita entorno si lo hizo Y ella era consciente de ello, como dejó escrito

Su familia, como me dijo su hermana, Luz Angela Peña me odió “desde el primer minuto", algo ciertamente asombroso teniendo en cuenta que si no hubiera sido por mi , Susana habría muerto víctima de inanición ya en marzo 15, -como ellos buscaban- ya que ni su familia, empezando por sus hijos tuvo el menor interés por evitar su muerte. Este odio se incrementó exponencialmente desde el 17/3/18 cuando a traves de uno de los falsos "amigos” de Susana en Barcelona, se me hizo llegar la oferta de entregar todo mi patrimonio a su hijo y después aceptar que su familia me echase a la calle de mi propia casa cuando Susana muriese. Ese fue el agradecimiento que yo debía recibir por todo lo hecho por ella.

También podría añadir que Susana, gracias a sus hijos, murió con importantes deudas, por ejemplo de un préstamo de 16.695 euros contraido por su hijo en su nombre, quedándose él el dinero y endosando la deuda a su madre; o que después de muerta le vaciaron las cuentas bancarias , algo objetivamente delictivo, como me confirmó la policía española cuando fui a presentar la correspondiente denuncia. O por no hablar del hecho de que la familia ocultó legalmente la muerte de Susana a las autoridades españolas, para seguir cobrando fraudulentamente su pensión durante meses . O los diez mil euros que le sacaron durante su enfermedad para hacer negocio con ella en lugar de ayudarla como marca la ley 

Todo ello contribuyó en el ánimo de Susana a hacerle bajar los brazos ante la enfermedad y lo que para mí es más indecente, que ella se culpase a sí misma por estas conductas abominables de sus hijos y se considerase una mala madre.

Los datos aquí incluidos provienen de conversaciones mantenidas con Susana, lo que puede generar errores puntuales pero no graves en fechas concretass, pero también de la documentación extraída de USBs, ficheros de su ordenador , y numerosas libretas y folios en los que anotaba meticulosamente sus pensamientos, asi como borradores de sus cartas, amén por supuesto de fotografías de los últimos 25 años de su vida. Susana además en 2013 empezó a escribir un libro autobiográfico sobre ella misma -sus hijos no estan enterados de ello- en el que contaba con suma tristeza sus sentimientos respecto a su familia y a la falta de amor que le brindaban en esos años de su vida, en un aislamiento y una tristeza que contribuyó a su tumor, como ella me aseguró triste pero categóricamente en más de una ocasión.

El desgaste causado por la hostilidad de su familia antes y después de su muerte me ha causado una grave enfermedad coronaria de la que a sus hijos también considero responsables

 

Cuando me llegue el final , sé a quien me encontraré al otro lado. Ese es el único cielo al que aspiro alcanzar. Y cuando eso ocurra sé que en ese momento podré decir por fin. .. -Ya estoy en casa-

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