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IGLESIA EN SALIDA - septiembre 2023

Joan Palero

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SEPTIEMBRE, MES DE LA BIBLIA

La Palabra tiene en sí una potencialidad que no podemos predecir. (E.G. 22)

Todo el magisterio del Papa Francisco gira en torno a su primera exhortación

apostólica: Evangelii Gaudium. En este documento está representada la ruta de

todo su pontificado. Si en el encuentro con Jesús nace la alegría, esta, al

desbordarnos, nos hace salir de nosotros mismos y nuestros entornos

convirtiéndonos en evangelizadores.

"La alegría de la Iglesia es evangelizar" (Papa Francisco a la Iglesia de Malta,

abril de 2022).

Las tres palabras clave del mensaje del Papa en la JMJ 2023 en Lisboa, fueron

: “María”, “Discípulos”, y “Misión”. Todo empieza con María atenta a la escucha de la Palabra, y en esa escucha es donde descubre la potencialidad de esa Palabra que se le dirige. Para María las cosas ya no dependerán del cómo será o cómo podrá ser, sino del poder de la Palabra y el Espíritu de Dios. De ahí que, persuadida de esto, exclame: “Hágase en mí según tu Palabra”.

Así es como se convierte en la primera discípula de un nuevo tiempo y misión: La misión de salir y llevar, no solo el anuncio profético de la Palabra, sino a la misma Palabra encarnada y tomando forma en ella.

Es urgente volver a los orígenes, escuchar detenidamente el plan original de Dios, creerlo, aceptarlo, y con esa alegría esperanzada que es Cristo en nosotros, salir al encuentro del otro a compartir vida y servicio. Jesús no es una religión o idea, es una Persona que quiere seguir siendo real entre las personas.

(publicado previamente en el semanario Catalunya Cristiana núm. 2294 de fecha 24 de septiembre de 2023)

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IGLESIA EN SALIDA

Joan Palero

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SAN MATEO Y SU EVANGELIO

Una de las características del evangelio según san Mateo es su estructura sistematizada, con orden tópico, pero no necesariamente cronológico. El autor recoge, uno detrás de otro, casi

todos los milagros que en su evangelio nos cuenta que fueron

realizados por Jesús, quedando agrupados en los capítulos ocho y

nueve.

Algo que me resulta muy interesante es que entre esta lista incluye,

como verdaderos milagros, las vocaciones a seguir al Mesías (8, 18-22)

; así como su propio llamado a levantarse del banco de los impuestos y

seguirle (9, 9-13). En el encabezamiento del relato de cada uno de ellos

, Mateo presenta a un Jesús en continuo movimiento: “Al bajar Jesús del monte…; Al entrar Jesús…; Al llegar…; Al pasar…; Vio…; Cuando salía…; …” Y no solamente en movimiento, sino también cercano y en diálogo: “y lo tocó diciendo…; Y dijo Jesús al centurión…; …”

Mateo se esfuerza en demostrar a sus lectores, cristianos de origen judío, que por su genealogía Jesús es el Mesías descendiente de David, pero sobre todo en que en Él se cumple la Palabra dicha por los profetas. Para Mateo, Jesús no es solo teología y apologética, sino Palabra poderosa y en acción. Contar milagros está bien, pero nadie puede demostrar mejor el poder de Dios, sino a través de lo que Dios haga en su vida.

Somos milagros de Dios, signos de su poder misericordioso si como Jesús aprendemos a saber bajar para subir; a caminar para poder llegar, a entrar, a estar y a saber salir. Milagros que, como Jesús, saben ver, escuchar, tocar, hablar y actuar.

(publicado previamente en el semanario Catalunya Cristiana)

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IGLESIA EN SALIDA - marzo 2023

Joan Palero

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NO SOLO DE CONOCIMIENTOS VIVE EL HOMBRE

Los evangelios no solo presentan a Jesús como el Hijo de Dios, engendrado por el Espíritu, sino también llevado por el mismo Espíritu.

En su bautismo, el Padre ha declarado su identidad, y el Espíritu lo ha confirmado de manera evidente. Ahora es llevado por el Espíritu al desierto; no para encontrarse consigo mismo, ni para ser instruido en el conocimiento de Escrituras y la tradición de su pueblo. Es llevado a enfrentarse con la realidad de toda tentación humana, para librar la batalla entre Ser o tener, de la que solo se puede vencer empuñando la espada del Espíritu, la Palabra de Dios (Ef 6, 17). De ella Jesús salió aprobado, ordenado, encaminado a dirigir un fin: Su Ministerio de Sacerdote, Profeta y Rey.

Seguir otros impulsos lleva a recorrer otros caminos, pero … ¿A qué fin?

Hay caminos que pueden parecen razonables, excelentes para lograr sabiduría (Gn 3, 6); pero… ¿Conducen a no sucumbir delante de todo lo que se presenta ante los ojos?

Tan importante como ver es saber dirigir y centrar la mirada, pues a partir de lo que vemos empiezan a maquinarse los pensamientos.

Jesús, aunque era Hijo, tuvo que ser probado en todo: A no mirar su necesidad, a no hacer mal uso de su Poder, y a no convenir con “otros” poderes.

Solo tras la victoria de esta prueba vino el momento

para comenzar un nuevo tiempo: el de Dios, en el que

Dios ya no será creído por palabras y ritos, sino por la

demostración del poder del Espíritu. Creedme.. si no,

creed mis obras.

No podemos continuar Su Misión siguiendo otros

impulsos y caminos.

(publicado previamente en el Semanario Catalunya

Cristiana)

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IGLESIA EN SALIDA

Joan Palero

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"NI DE DERECHAS NI DE IZQUIERDAS, DE JESÚS"

Ni el progresismo que se adapta al mundo, ni el tradicionalismo que añora un mundo pasado son pruebas de amor, sino de infidelidad. (Papa Francisco, a los 60 años del Concilio Vaticano II)

Los grandes cambios, a veces inesperados, son lo que más puede influir para que en nuestro viaje podamos desviarnos a derecha o izquierda. Una tormenta, un accidente, una carretera cortada por obras, y mil cosas más, pueden obligarnos a tomar otras direcciones en un momento dado. Algo que también puede sacarnos de nuestro objetivo o meta, son nuestras propias faltas de atención. Un despiste, como contemplar demasiado el paisaje, puede no dejarnos ver las indicaciones y sacarnos de la dirección a donde nos dirigimos.

Desviarse, a veces puede resultar inevitable, pero no deja de ser algo puntual u obligado. Lo que no debe pasar es que perdamos el rumbo y no lo percibamos, que no reaccionemos y nos detengamos para reorientemos y retomar el camino correcto, ni a derecha ni a izquierda, sino recto.

La Biblia, a la palabra “derecha” no le da ningún sentido político ni conservador, sino un sentido de rectitud, de justicia y de derecho.

Si Jesús es el Camino, será bueno recordar que nunca fue el mesías

político que todos esperaban. Poner los ojos en Él es lo que siempre ha de

orientarnos ante toda posible y humana desviación. Él, con los ojos y el

corazón puestos en su Padre, supo amar y comportarse entre celotes y

publicanos, entre judíos y samaritanos.

"Así pues, salgamos donde él, fuera del campamento, cargando con su

oprobio". (He 13, 13)

 

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IGLESIA EN SALIDA - octubre 2022

Joan Palero

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"Me levantaré, me pondré en camino adonde está mi padre."

Esta fue la respuesta al salmo 50, correspondiente al domingo 24 del T. O. También la respuesta del hijo pródigo que, consciente y experimentado de miseria y fracaso, aun viéndose indigno, decide volver a la casa de su padre. Esta es la respuesta diaria de todo el que, tras el encuentro y el conocimiento de Cristo, convencido por el testimonio y la luz de la VERDAD, decide salir de sí, del propio desasosiego, y emprende el CAMINO de la mano de Jesús hacia Dios.

Cuantas veces las pretensiones humanas, los temores, las ideologías o los intereses, se encumbran por encima de los valores del Evangelio, o bien, se esconden detrás de él, dejando personas o comunidades sumidas en la miseria, la esterilidad, y en todo lo que ella conlleva.

«Nos has hecho para Ti y nuestro corazón está inquieto hasta que no repose en Ti». (San Agustín - Confesiones) La VIDA es un continuo salir y caminar siempre hacia adelante, hacia Dios, puestos los ojos en Jesús, quien nos revela el verdadero rostro del Padre.

Andar vagando tras los designios y los pensamientos de nuestro corazón es no

conocer los caminos de Dios, es no haber llegado a la casa del Padre donde

reina el gozo, el reposo, la vida y la fecundidad. He 3, 10-11

Sirve pensar, hablar, escucharnos, y escuchar juntos al Espíritu, pero no es el

todo de lo que nos hace ser Iglesia en salida. Salir es levantarse y ponerse en

camino, es llegar con la Palabra encarnada, más que con las nuestras. Pero

claro, no es fácil evitar a los descontentos, a los “buenos” y veteranos.

(publicado previamente en el semanario Catalunya Cristiana núm. 2245 de fecha

2 de octubre de 2022)

 

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iGLESIA EN SALIDA - Julio de 2022

LA MIRADA FIJA DE JESÚS

Joan Palero

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Cuando Jesús es causa y principio de la fe, los ojos de los que creen están fijos en Él. Así es como Jesús, de ser el autor y principio, pasa a ser realizador y consumador de una fe que noes nuestra, sino “don” que nos viene de Dios a través de Él. (Hebreos 12, 2)

La fe o creencia humana, centra la mirada en la gloria del hombre, en la grandeza de sus campamentos o instituciones; mientras que los que creen con la Fe de Cristo, ponen su mirada en Él y, saliendo de sí mismos, buscan la vida y la patria en Él.

Abraham, a quien las Escrituras llaman “padre de la fe”, tras experimentar el encuentro con Dios, se supo y sintió llamado por Él, y con los ojos internos y externos de su ser mirando fijamente al Invisible, OBEDECIÓ. SALIÓ de sí y de su entorno, peregrinó confiado tras la Promesa Divina, aun sin saber a dónde iba.

Jesús, con la mirada puesta en el Padre y fija sobre aquellos que el Padre le daba, para poder santificarlos con su sangre, salió y padeció fuera de la puerta, fuera del campamento instituciona

l político y religioso, cargando el peso dela contrariedad y el oprobio.

Hoy, la fe, como la de Abraham y de Jesús, sigue invitando a SALIR y buscar a

Dios, a construir una nueva Ciudad con verdadero Fundamento. Abraham, casi ya

muerto, experimentó la fidelidad de Dios en el cumplimiento de sus promesas.

Jesús, después de padecer fuera de la puerta, resucitó y es Autor de eterna

salvación para todos los que, OBEDECIENDO, dejan todo tipo de lastres y, con la

mirada fija en Él, saliendo de sí, caminan hacia Él.

(publicado previamente en el semanario Catalunya Cristiana núm. 2234 de fecha

17 de junio de 2022)

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IGLESIA EN SALIDA

Joan Palero

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LA ENSEÑANZA DE JONÁS

Dios le dirige su Palabra al profeta Jonás, haciéndosela llegar dos veces y con un mismo y triple mensaje: Levántate., vete a Nínive, proclama el mensaje que yo te diga.

La Palabra que Dios nos dirige siempre nos llega con el propósito de levantarnos, de movernos e impulsarnos hacia cosas más altas. Levantar significa poner derecha o en posición vertical a una persona que estaba inclinada o tendida. Es moverlo hacia arriba, ponerlo en un lugar más alto del que tenía. Levantar también puede significar separar algo de otra cosa sobre la cual descansa o está adherida.

Jonás, al principio, después de escuchar a Dios, prefirió no levantar pensamientos y corazón, y los dejó permanecer sobre aquellas cosas a las que humanamente estaba adherido; así es como eligió su propio camino y destino.

Para comprender mejor su comportamiento es interesante saber que Nínive era la capital de Asiria, uno de los principales enemigos políticos de Israel; y el profeta fue llamado para proclamar el mensaje de Dios y prolongar la vida de una nación enemiga que estaba en proceso de exterminar a su propia nación. Visto así, no resulta tan extraño que el profeta huyera de la voluntad de Dios

en dirección opuesta.

Este libro profético, tan bello y profundo, sigue

mostrando el daño que los profetas de hoy

podemos causar y causarnos si no soltamos lastres

y nos levantamos por encima de toda ideología, ya

sea religiosa o

pseudopatriotismo.

(publicado previamente en el semanario Catalunya

Cristiana núm. 2288 de fecha 23 de julio de 2023)

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IGLESIA EN SALIDA

Joan Palero

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“Un cristianismo que busca al Señor entre los vestigios del pasado y lo encierra en el sepulcro de la costumbre es un cristianismo sin Pascua”.

Dejémonos “tomar de la mano de las mujeres del Evangelio, para descubrir con ellas la manifestación de la luz de Dios que brilla en las tinieblas del mundo”. Ellas, sin desaprovechar las primeras luces del alba, se dirigieron al sepulcro para ungir el cuerpo de Jesús y allí vivieron una experiencia desconcertante que se puede resumir en tres acciones: VEN, ESCUCHAN, ANUNCIAN.

VEN la piedra corrida, y al entrar no hallan el cuerpo del Señor. La Pascua, por tanto, empieza cambiando nuestros esquemas. No es fácil acoger y admitir lo nuevo y sorprendente de Dios También en nosotros, como en ellas, prevalecen preguntas e incertidumbres, y la primera reacción ante el signo imprevisto es el miedo que hace bajar la mirada e impide “levantar la vista del suelo”.

¡El Señor ha resucitado! Levantemos la mirada y ESCUCHEMOS.

Las mujeres del Evangelio escuchan el anuncio de los dos hombres con vestiduras resplandecientes que les dicen: «¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí: ¡ha resucitado!». Nos hace bien escuchar y repetir estas palabras: ¡NO ESTÁ AQUÍ! “Cada vez que creemos saber todo sobre Dios, y tratamos de encasillarlo en nuestros esquemas, repitámonos a nosotros mismos: ¡no está aquí!

Después de haber VISTO Y ESCUCHADO, sin ningún poder que las retuviera, corrieron a ANUNCIAR la alegría de la Resurrección a los discípulos.

¡Qué hermosa es una Iglesia que corre de esta manera por los caminos

del mundo! Sin miedos, sin estrategias ni oportunismos; sólo con el

deseo de llevar a todos la alegría del Evangelio. A esto somos llamados

, a experimentar el encuentro con el Resucitado y a compartirlo con los

demás; a correr la piedra del sepulcro, donde con frecuencia hemos

encerrado al Señor, para difundir su alegría en el mundo. Resucitemos

a Jesús, el Viviente, de los sepulcros donde lo hemos metido,

liberémoslo de las formalidades donde a menudo lo hemos encerrado.

(de la Homilía del Papa en la Vigilia Pascual)

(publicado previamente en el semanario Catalunya Cristiana, en el número 2223 de fecha 1 de mayo de 2022)

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IGLESIA EN SALIDA

Joan Palero

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Una señora que solía hacer tortas de pan, cada vez que las iba a meter al horno les cortaba las dos puntas y las tiraba a la basura.

Un día, su hija pequeña le preguntó:

- ¿Por qué haces eso mamá?

Ella le dijo: -No sé, la abuela lo hizo toda la vida.

La niña, en su curiosidad, fue a preguntarle acerca de esto a su abuela, y esta le respondió:

-No sé, tu bisabuela lo hizo toda la vida.

En su afán de querer saber la respuesta, y ya que su bisabuela estaba aún con vida, fue donde ella a preguntarle lo mismo, a lo que la bisabuela respondió: -YO SIEMPRE CORTÉ LAS PUNTAS PORQUE MI HORNO ERA DEMASIADO PEQUEÑO.

Todas las cosas tienen su sentido, su razón y su por qué, pero de acuerdo con las necesidades y circunstancias de cada momento.

Como la hija pequeña de la historia, hoy toca SALIR a preguntar, a consultar, tratando de encontrar el sentido real de las cosas en estos momentos, para así aprovecharlo todo sin desaprovechar nada.

Jesús vio y sintió la necesidad de tener que romper con los esquemas y costumbres religiosas caducas que tuvieron sentido en su momento, pero que ya no valían ni contribuían para poder seguir adelante y traer un actual y NUEVO SENTIDO. Los que le hemos conocido, sabemos que tenemos el reto de conocerlo cada día más. San Pablo apostó por ello dejando atrás todo su pasado, ante la sublimidad siempre nueva y sorprendente del conocimiento de Cristo. (Fil 3) Y luchó para que no se desaprovechara nada de la Obra Redentora de su Señor. (Hch 15)

Y, ¿cómo? Pues, sinodalmente, escuchando y dejando obrar al Espíritu Santo. (S Jn 16, 13)

(publicado previamente en el semanario Catalunya Cristiana)

 

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IGLESIA EN SALIDA - Febrero 2022

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“En la Palabra de Dios aparece permanentemente este dinamismo de «salida» que Dios quiere provocar en los creyentes. Abraham aceptó el llamado a salir hacia una tierra nueva (cf. Gn 12,1-3). Moisés escuchó el llamado de Dios: «Ve, yo te envío» (Ex 3,10), e hizo salir al pueblo hacia la tierra de la promesa (cf. Ex 3,17). A Jeremías le dijo: «Adondequiera que yo te envíe irás» (Jr 1,7). Hoy, en este «id» de Jesús, están presentes los escenarios y los desafíos siempre nuevos de la misión evangelizadora de la Iglesia, y todos somos llamados a esta nueva «salida» misionera. Cada cristiano y cada comunidad discernirá cuál es el camino que el Señor le pide, pero todos somos invitados a aceptar este llamado: salir de la propia comodidad y atreverse...” (Evangelii Gaudium 20)

La fe es mucho más que un conjunto de creencias. Es el don que Dios infunde en los corazones a través de su Palabra, no solo para traernos ideas y buenos deseos, sino para llevar a término Sus planes. Creer en Dios puede resultar fácil, racional, rentable, cómodo, …; creer a Dios es algo distinto, es liberarse de uno mismo para alcanzar Su objetivo.

Lo poco de Dios es infinitamente más que el todo de los hombres. Por la fe de un hombre, Abraham, son bendecidas todas las naciones. Por la de Moisés fue liberado todo un pueblo. La fe que la Palabra produjo en Jeremías se convirtió para él en una misión, dura e incomprendida,

pero llena de la única esperanza.

Hoy Jesús, por encima de credos sigue contando con la fe, que,

aunque pequeña como un grano de mostaza, es mucho más

efectiva que todos los esfuerzos humanos.

(publicado previamente en el semanario Catalunya Cristiana núm.

2214 de fecha 27 de febrero de 2022)

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LO SOCIAL DESDE LA BIBLIA

Mn Pere Pardo, DP

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ESCLAVITUD

Egipto esclaviza a todo un pueblo

¡Que tiempos aquellos que había esclavitud! Son cosas de la historia. Esta podría ser nuestra primera reacción cuando leamos el título. Otra muy frecuente es decirnos que esto ya no existe…. ¿Qué entendemos por esclavitud? ¿Un laguito y unas cadenas? ¿Trabajar sin cobrar? El diccionario de la Real Academia Española nos dice: «Sujeción excesiva por la cual se ve sometida una persona a otra, o a un trabajo u obligación.»

Si esta es su definición… ¿Hay alguien que pueda decir que hoy no hay esclavitud?

Ciertamente que la esclavitud con la que vivía el pueblo judío en Egipto clamó al cielo. Todo un pueblo al servicio de otro pueblo, hasta el punto de someterlo y querer eliminar a todos los varones (Éxodo 1, 1-21). Un pueblo maltratado y recibiendo las vejaciones más humillantes.

Esa esclavitud era horrible, pero ¿y ahora? Creo que la horrible trata de mujeres convertidas contra su voluntad en objetos sexuales también es esclavitud. También es esclavitud el tráfico de órganos, también lo son los niños utilizados como reclamo turístico, como soldados o como trabajadores. También es esclavitud el trabajo para el estado en centros de “reeducación de trabajo” para los disidentes, etc.…

La iglesia, hoy en día, con su doctrina social levanta su voz en contra de la esclavitud y la combate en todos los frentes posibles. La Iglesia se convierte, de esta manera, en la continuidad de la voz de Dios, nuestro creador, que clamaba contra la esclavitud del pueblo judío:

–Yo soy el Dios de tus antepasados. Soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.

Moisés se cubrió la cara, pues tuvo miedo de mirar a Dios; pero el Señor siguió diciendo:

–Claramente he visto cómo sufre mi pueblo que está en Egipto. Los he oído quejarse por culpa de sus capataces, y sé muy bien lo que sufren. 8 Por eso he bajado, para salvarlos del poder de los egipcios; voy a sacarlos de ese país y voy a llevarlos a una tierra grande y buena, donde la leche y la miel corren como el agua. (Ex 3, 6-8)

Ese Dios que nos envía a todos los cristianos a luchar y denunciar cualquier tipo de esclavitud, sea del tipo que sea. A denunciar cualquier tipo de explotación de los más vulnerables de nuestra sociedad, de aquellos que son más indefenso

En varias ocasiones los Papa de la Iglesia, y en especial el Papa Francisco,

han denunciado la explotación cada año de miles y miles de hombres, mujeres

y niños como mano de obra, que se convierten en víctimas inocentes de la

explotación sexual, victimas del tráfico de órganos o sencillamente sobreviven

en condiciones de casi pobreza que les convierte en seres humanos de

segunda y siempre pendientes de una escasa ayuda que los mantiene en vida.

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IGLESIA EN SALIDA

Joan Palero

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SALIR, PEREGRINAR, GOBERNAR

Salir, peregrinar, gobernar al pueblo en el desierto no es tarea fácil para ningún Moisés. Siempre hubo y habrá alborotadores que ponen de su lado a parte del pueblo, a los que sin conciencia ni entendimiento de lo que Dios está obrando, no comprenden el porqué de las penurias del presente, los que prefieren lo conocido, lo que en apariencia siempre les fue bien. Incapaces de soltar, de vaciar las manos de lo bueno del pasado para recibir lo excelente para el presente y el futuro. De aprender a caminar juntos, para juntos alcanzar lo prometido, de la mano de Dios y de lo por Él establecido.

Lo que fue, eso será; lo que se hizo, eso se hará. Nada nuevo hay bajo el sol.

La carta a los Hebreos advierte contra la apostasía, especialmente a los que se han vuelto tardos de entendimiento. A aquellos que debiendo haber conocido y aprendido a Cristo, solo conocieron,

aprendieron y se aferraron a conceptos e ideas del principio. Por lo que, en lugar de

tirar del carro y avanzar, andan subidos, lastrando y haciendo lento el camino que lleva

a cosas más avanzadas.

No obstante, el autor y el pueblo de Dios no desiste, e invitando a dejar a un lado los

rudimentos útiles del principio, sin desecharlos, invita a avanzar: Haremos, pues, como

dijimos, si Dios nos lo permite. (He. 6, 3) Claro que, esto no exime de tener que sufrir el

oprobio de lo que significa salir del recinto, es decir, del marco de lo sagrado.

Así pues, salgamos donde Él …; pues no tenemos aquí ciudad permanente, sino que

andamos buscando la del futuro. (He. 13, 13-14)

(publicado previamente en el semanario Catalunya Cristiana núm. 2209 de fecha 23 de enero de 2022)

 

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CLAVES DE LECTURA DEL LIBRO DEL GÉNESIS

Javier Velasco-Arias

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MAL GENERALIZADO, PECADO ECOLÓGICO

Recapitulando

Después de la ruptura de la Alianza con Dios (primer pecado o «pecado original» [Génesis 3]) y del atentado fratricida (asesinato de Abel por su hermano Caín [Génesis 4]), el narrador bíblico nos cuenta cómo el mal se generaliza, contagia todas las esferas de la existencia humana (Génesis 6): «La maldad del ser humano iba cada vez a más y todos los designios de su corazón eran siempre perversos» (Gn 6,5).

Es un proceso «lógico». Así lo entiende el autor sagrado. El abandonar a Dios, el apartarse de su plan salvífico, el único que posibilita ser feliz y estar en paz y armonía con todos y con la naturaleza, lleva irremediablemente al conflicto entre los seres humanos, a las discordias, al fratricidio, a las guerras… Y, como consecuencia última, a la generalización del mal, al desequilibrio ecológico.

El mal lleva al mal

El papa Francisco, comentando estas narraciones bíblicas de los orígenes, afirma: «El descuido en el empeño de cultivar y mantener una relación adecuada con el vecino, hacia el cual tengo el deber del cuidado y de la custodia, destruye mi relación interior con­migo mismo, con los demás, con Dios y con la tierra. Cuando todas estas relaciones son descui­dadas, cuando la justicia ya no habita en la tierra, la Biblia nos dice que toda la vida está en peli­gro.» (Encíclica Laudato si, n. 70).

Todo está interrelacionado. El mal lleva al mal. Ésta es la lección que nos quiere mostrar el texto sagrado, es la lectura que pretende.

El diluvio

El relato del Génesis se servirá de una «historia» por todos conocida: «el diluvio». Los israelitas, por sus vecinos mesopotámicos, ya sabían de las epopeyas de Gilgamés, de Ziusudra y de Atrakhasis, donde aparece dicha catástrofe cósmica.

El narrador bíblico hará una relectura, una reinterpretación de dicho acontecimiento, a partir de su fe en el Dios de la Biblia. El diluvio será visto como una purificación de la Creación, como una nueva oportunidad para el ser humano, como un nuevo inicio, como una nueva Alianza, como un nuevo proyecto salvífico…

Compromiso de Dios

El pecado, el mal generalizado que anida en el corazón humano y que toma su forma concreta en la violencia contra otros seres humanos y contra el resto de la Creación, debe desaparecer. Por eso, el proyecto salvífico –el arca de Noé– debe preservar no sólo la vida humana sobre la Tierra sino la de todos los seres vivos:

«Estableceré contigo mi Alianza (dice el Señor). Entrarás en el arca tú y tus hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos contigo. De todos los animales, de todos los seres vivientes, introducirás en el arca dos de cada especie, para que conserven la vida contigo; que sean macho y hembra. De las aves según su especie, de los animales domésticos según su especie y de todos los reptiles de la tierra según su especie, entrarán contigo por parejas de todos ellos para salvar la vida.» (Gn 6,18-20).

La persona humana es responsable de la vida, de la paz, de cada ser humano. Pero, también, de toda la Creación, de toda la naturaleza. El equilibrio ecológico, el orden de la Creación es voluntad de Dios. Y el hombre y la mujer han de ser garantes de ello.

Por eso, esta segunda Alianza, después del diluvio –la primera había sido con Adán y Eva–, no es sólo con Noé y el resto de humanos que se han salvado en el arca, sino con la Creación entera: «Yo establezco mi Alianza con vosotros y con vuestra descendencia después de vosotros, y con todo ser viviente que está con vosotros: aves, ganados y todos los animales de la tierra que están con vosotros, con todos los que salieron del arca, con todos los animales de la tierra.» (Gn 9,9-10).

Para la oración

El relato bíblico nos sugiere muchos interrogantes. Preguntas que hemos de hacernos en la intimidad de la oración personal y, también, comunitaria. Y, lógicamente, arrancar de mí un compromiso para que las cosas cambien.

¿Cómo está mi relación con Dios, con las personas que me rodean (familia, amigos, compañeros de trabajo, vecinos…), con el entorno ecológico, etc.

¿Cuál es mi compromiso para que este mundo sea más habitable para toda la Humanidad? ¿Siento como propios los problemas, dificultades, tragedias de otros seres humanos?

¿Los problemas de las migraciones por guerras, hambre, persecuciones políticas

, sociales o religiosas, me afectan personal y comunitariamente? ¿Qué hago

frente a esta situación tan grave que sufren tantísimas personas y familias? ¿O

pienso que no son mi problema? ¿O, peor aún, estoy en contra de acoger a estos

seres humanos que huyen de escenarios que no querríamos nunca para nosotros

, nuestras familias, nuestros hijos; y ni nos inmutamos cuando tantos mueren en

el camino hacia una situación mejor, más digna, que nunca encontraron?

¿Qué hago por una ecología de la cultura, del bien común, de la justicia?, como

reivindica el papa Francisco.

¿Hasta qué punto llega mi compromiso por un equilibrio ecológico sostenible? ¿Tomo medidas concretas contra la contaminación ambiental? ¿Me tomo en serio el reciclaje de los desperdicios que produzco?

El relato del diluvio y la Alianza posterior de Dios con la Humanidad y con todos los seres vivos me sugiere que otro mundo es posible, que el mal no tiene la última palabra, que mi compromiso en conseguirlo es algo irrenunciable, como ser humano y como creyente.

Javier Velasco-Arias

(publicado previamente en el blog "Biblia y Pastoral" el día 15 de noviembre de 2017)

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¿POR QUÉ ES TAN IMPORTANTE LA FIGURA DE SAN PABLO?

Quique Fernández

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Coordinador de Escuela de Animación Bíblica

La enorme importancia de San Pablo para el cristianismo no puede resumirse en un solo aspecto. Para hacernos una idea de la dimensión que alcanza nos podrían servir de ejemplo dos expresiones: una del propio San Pablo, “Ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí” (Ga 2,20); y otra de la Iglesia que le considera, junto a San Pedro, “columna de la Iglesia”.

Aun así, nos podemos atrever a presentar tres grandes conjuntos que engloban los muchos aspectos relevantes de San Pablo.

1. La Teología de San Pablo: el llamado Corpus Paulino, que a la vez que nos presenta la centralidad cristológica, también articula su determinante consecuencia eclesiológica. Basta fijarse en su explicación del Cuerpo de Cristo y de la diversidad e importancia de todos sus miembros (1 Cor 12)

2. La Misión de San Pablo: su vida y acción nos ayuda a ver que nuestra fe es universal. Algunos de los primeros cristianos, los llamados “judaizantes”, pretendían que el cristianismo fuese un subgrupo, secta o escisión del judaísmo y, por tanto, que ser judío fuese condición para ser cristiano. San Pablo entendió bien que la llamada a la salvación y santidad es para todos, más allá de su raza, nacionalidad o condición social.

3. La Sinodalidad de San Pablo: De los anteriores dos conjuntos, la Teología y la Misión, se desprende este tercer conjunto. San Pablo, convencido de la importancia de todos los miembros de la Iglesia,

por diversos que sean, y entendiendo que todos son llamados a formar parte de ese

Cuerpo, motiva la primera asamblea sinodal de la Iglesia, la Asamblea de Jerusalén

(Hch 15) en la que se discutirá sobre la acogida en la Iglesia de los gentiles, es decir,

de aquellos que no provienen del judaísmo. Pablo presenta lo que le dice el Espíritu;

otras intervenciones, como la de Santiago, aportan más luz; y Pedro lo confirma como

aquello que Cristo quiere para su Iglesia. Todo un ejercicio de sinodalidad.

Y todo ello sin olvidarnos de otra de sus expresiones más significativas: “Si no tengo

amor, no soy nada” (1 Cor 13)

(publicado previamente en el semanario Catalunya Cristiana núm. 2208 de fecha 16

de enero de 2022)

 

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JOSÉ: LA PROMOCIÓN

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Hoy nos toca hablar de otro aspecto de la historia de José. ¿Os acordáis de que José le dijo al Faraón? Le dice: «Ahora pues, aconsejo a Faraón que busque un hombre inteligente y sabio para ponerlo al frente de Egipto» (Gn 41, 34). El Faraón no lo dudó ni un momento en la palabra de José y al final, y estoy convencido de que esta no era la intención de José al darle el consejo, decidió que fuera José el que administraría todo el alimento sobrante de los siete años de abundancia para contrarrestar los siete años siguientes de hambruna.

El Faraón promocionó a José como el segundo hombre más importante del Reino. Le dio poder sobre todo el pueblo y él gestionó toda la situación buscando lo mejor para el pueblo. El Faraón no escatimo costes para poderle dar a José los mejores medios para que su promoción no fuera algo solamente material, sino que esos medios fueran algo que tuviese en consideración a la propia persona a nivel integral. La promoción de José tuvo una dimensión integral (no solamente fue el hombre con un gran poder material, sino también cuidó su poder espiritual) y con una dimensión solidaria de amor y respeto hacia el pueblo de Egipto y extranjeros, preocupándose que nadie muriese de hambre y dando esperanza a sus conciudadanos.

El Papa Juan Pablo II, en la carta encíclica Centesimus Annus (1991) nos habla de la «necesidad de aumentar efectivamente la dignidad y la creatividad de toda persona individual, la capacidad de responder a su propia vocación y, en este sentido, a la llamada que Dios hace en esta vocación». Es decir, que la promoción no significa un cambio de puesto en el engranaje del sistema productivo que no genera ni representa un plus en la dignidad humana, la promoción

para los cristianos es una manera de poder vivir nuestra vocación como una auténtica llamada

de Dios para colaborar en su tarea creativa.

La vocación no se trata de un cambio de puesto y de retribución económica. Significa un

cambio de vida, un cambio de responsabilidad para con los demás y también para uno mismo.

No se trata de una ostentación de riquezas, se trata de poder hacer posible que todo hombre o

mujer puedan afirmar su dignidad como seres creados a imagen y semejanza a Dios (Carta

encíclica Sollicitudo Rei Socialis, San Juan Pablo II, 1987)

Eso si, siempre me quedará la duda que pensó José cuando lo promocionaron… De entrada, a mi manera de ver, inicialmente parecía más un "marrón" (obligación molesta y pesada) que una promoción. Suerte que Dios sabe, mejor que nosotros, muy bien lo que hace y tenia sus planes…

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BIBLIA Y LITURGIA

TABLA DE LAS CELEBRACIONES DEL AÑO LITÚRGICO

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¿En qué fechas caerán las celebraciones movibles en el Año Litúrgico de los próximos 23 años? A esto responde la tabla temporal de las principales celebraciones del Año Litúrgico, que se incluye en el misal y en la liturgia de las horas.

El artículo de la web de la Conferencia Episcopal Española que os enlazamos presenta los motivos de las celebraciones móviles e incluye en PDF descargable la tabla de los próximos 23 años.

Sin duda, una herramienta muy útil para programar y preparar la pastoral bíblica, litúrgica y evangelizadora.

Enlace a la página web con el artículo y el PDF descargable:

https://www.conferenciaepiscopal.es/tabla-temporal.../

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BIBLIA Y LITURGIA

Quique Fernández

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LAS BODAS DE CANÁ Y EL CAMBIO DE PARADIGMA

No es casualidad que el Cuarto Evangelio casi se inicie con el pasaje de las Boda en Caná. Es, al contrario, altamente relevante. Recordemos que el Prólogo de ese Evangelio está redactado posteriormente y también posteriormente añadido.

Por tanto, cuando se escriben las primeras redacciones del Evangelio se coloca en el inicio del capítulo 2 las Bodas de Caná. ¿Por qué? La respuesta fácil es atribuirlo a que narra el primer milagro. Pero hemos de aducir algunas enmiendas a esa rápida propuesta.

1. En el Evangelio de Juan los milagros son llamados signos. Es un término de mayor alcance porque con ello se quiere significar que no solo ocurre un hecho puntual, momentáneo, con día y hora, sino que ese signo pretende exponer un contenido con vocación de arraigar en los seguidores de Jesús.

2. Es, por tanto, el primer signo. Y este Evangelio lo coloca de inicio. No se narran relatos de la infancia, se introducen en unos versículos del capítulo 1 dos previas necesarias como son el Bautismo de Jesús y la llamada de los primeros discípulos. Y de ahí ya pasamos a ese primer signo.

3. Es un primer signo enormemente relevante porque viene a decir, ya desde el inicio, que Jesús nos ofrece una novedad importante, tanto que es "rompedora" con el ritualismo judío. Por tanto, la intención es dejar claro desde el primer momento un cambio de paradigma.

¿Y cual es ese cambio de paradigma?

Fijémonos en que Jesús va a utilizar para su signo las tinajas que iban a servir para el agua de las purificaciones. Un claro exponente del ritualismo judío.

Y en lugar de ese agua las tinajas nos van a ofrecer vino, fiesta, gozo. Toda una declaración de intenciones de por dónde debe ir la celebración de la fe cristiana.

El gozo debe destacar por encima del rito porque el rito debe estar al servicio del gozo.

Y tanto es el gozo que quiere Jesús para nosotros, que va a convertir nada menos que seis tinajas de cien litros cada una. ¡Seiscientos litros! ¡Qué barbaridad! Es que Jesús quiere que nuestra fiesta dure eternamente.

Todo este pasaje nos debe hacer pensar si nuestras celebraciones de la fe son realmente gozosas. Si nos dejamos transformar de agua ritual a vino de fiesta.

 

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SAN PABLO NOS MUESTRA SUS CARTAS

Pedro Fernández

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Desde este mes contamos con esta nueva colaboración. Pedro Fernández, miembro de EAB en Valencia, nos acercará a la teología, espiritualidad y misión de San Pablo, empezando por sus Cartas a las comunidades cristianas.

CARTA A LOS TESALONICENSES 1-3

"¿Quién sino vosotros, será nuestra esperanza, nuestra alegría y nuestra corona de gloria ante Jesús nuestro Señor, el día de su manifestación?

¡Vosotros, ciertamente, sois nuestra gloria y nuestra alegría!"

(Versículos 19-20)

Pablo se dirige a su querida comunidad de Tesalónica, o ¿lo está haciendo a nosotros y en este momento?

Ciertamente los que manifestamos la fe en Cristo, Señor nuestro, somos interpelados a seguir en la brecha, a continuar pese a las dificultades, cada vez mayores, y a superarnos.

No tenemos a los judíos detrás que nos persiguen (vers. 15), pero tenemos una maraña que nos hace situarnos y resituarnos continuamente.

Es la primera carta de Pablo, es el inicio para muchos de la vida cristiana, es el punto de partida. Es el Alfa de la libertad.

"... en medio de tantos sufrimientos y tribulaciones como hemos tenido que soportar por vosotros, hemos sentido el consuelo de vuestra fe" (vers. 7)

"De modo que ahora, al saber qué os mantenéis fieles al Señor, hemos vuelto a vivir" (vers. 8)

Estáis ahí, lo hemos y lo estamos pasando mal (la Iglesia), pero sabemos que estáis, pocos o muchos da igual, lo importante es la fidelidad al Señor y a seguir trabajando por el Reino.

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LA IGLESIA, MADRE Y MAESTRA

Quique Fernández

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ALGUNAS CLAVES SOBRE LA PAZ

3. LA GUERRA, “MATANZA INÚTIL”

a la luz del capítulo 11, "La promoción de la Paz" de Compendio de Doctrina Social de la Iglesia (2004)

El punto que hoy propongo, y comento brevemente, presenta unos argumentos tan sólidos como irrebatibles.

- “La guerra no representa jamás un medio idóneo para resolver los problemas. No lo ha sido nunca y no lo será jamás”.

Para aquellos que fácilmente justifican las guerras las palabras “no lo ha sido nunca” son realmente definitivamente claras y precisas. La justificación de las guerras no se puede sostener desde el cristianismo. Y cuando digo “guerras” me refiero, tal como hace el Magisterio Social de la Iglesia, a todas las guerras.

- “Matanza inútil”

Si nada justifica la guerra, al contrario, precisamente el daño irreparable que hace la deslegitima completamente. Ese daño irreparable aquí se cataloga de “matanza inútil”. Desde luego lo es, tanto si mueren muchos o pocos, porque las personas no son un simple número. Si alguien mata a tu madre o a tu hijo, ¿te consolará que tan solo era uno?

- “Nada se pierde con la paz; todo puede perderse con la guerra”.

Algunos hablan tan a la ligera de la guerra que parece que viven en una película donde solo mueren los “malos” o los “extras”. Pero la guerra trae la muerte de muchos inocentes, sean de uno u otro bando. A algunos se les ha mandado a luchar como “un deber con su patria”, independientemente que esa patria tenga razón o esté gravemente equivocada. Y así mueren inocentes, sean soldados o civiles, mayores o jóvenes, padres o hijos. Y a muchos de los que no mueren se les arrebata la paz, la dignidad, lo trabajado en toda una vida, sus seres más queridos…

“Nunca más los unos contra los otros, ¡nunca más! (…) ¡nunca más la guerra, nunca más la guerra!”

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El Magisterio condena «la crueldad de la guerra» y pide que sea considerada

con una perspectiva completamente nueva: «En nuestra época, que se jacta

de poseer la energía atómica, resulta un absurdo sostener que la guerra es un

medio apto para resarcir el derecho violado». La guerra es un «flagelo» y no

representa jamás un medio idóneo para resolver los problemas que surgen

entre las Naciones: «No lo ha sido nunca y no lo será jamás», porque genera

nuevos y más complejos conflictos. Cuando estalla, la guerra se convierte en

«una matanza inútil», «aventura sin retorno», que amenaza el presente y

pone en peligro el futuro de la humanidad: «Nada se pierde con la paz; todo

puede perderse con la guerra». Los daños causados por un conflicto armado

no son solamente materiales, sino también morales. La guerra es, en definitiva

, «el fracaso de todo auténtico humanismo», «siempre es una derrota de la

humanidad»: «nunca más los unos contra los otros, ¡nunca más! (…) ¡nunca

más la guerra, nunca más la guerra!» (CDSI 497)

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BIBLIA Y MISIÓN

P. Toni Plaza, MSC

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Y AÚN SEGUIMOS FESTEJANDO

Las fiestas de Navidad acaban con la solemnidad litúrgica del Bautismo del Señor. A partir de ese día regresa el Tiempo Ordinario por unas semanas hasta que comience la Cuaresma con el Miércoles de Ceniza. En este mes de Tiempo de Navidad hemos condensado los treinta primeros años de la vida de Jesús en los que estaba viviendo con sus padres donde “crecía y se fortalecía, llenándose de sabiduría; y la gracia de Dios estaba sobre él” (Lc 2, 40).

De la infancia de Jesús no sabemos nada o más bien muy poco. A penas lo que nos dicen los evangelios de Mt y Lc. Tienen sus diferencias, porque cada uno se dirige a un grupo de cristianos diferente. Mateo escribía para los cristianos que procedían del judaísmo. Por eso, le interesaba presentar al niño reconocido por esos personajes que venían a presentarle regalos dignos por ser considerado Rey (oro), al reconocerlo en su divinidad (incienso) y como signo de su humanidad (mirra, que se usaba, por su buen olor, para embalsamar a los muertos, y Jesús, como humano, iba a morir, pero también se usaba como analgésico, reconociendo el poder de ese niño que iba a quitar el dolor del mundo). El evangelio de Lucas, llamado el evangelio de la misericordia, tenía otros destinatarios. No aparece el relato de los sabios de Oriente, pero sí se relata (en el evangelio de Mt no aparece) el anuncio a los pastores de Belén: la Buena Noticia del niño Dios que viene para todos, especialmente para los más pobres y desfavorecidos de este mundo.

Y, ¿qué ofrecieron los pastores de Belén como regalos? ¿Coincidieron al mismo tiempo que esos hombres llegados de lejanas tierras? ¿Con qué obsequios se quedaría más contento el niño-Dios? ¿Cuáles entendería o le atraerían más? Me imagino a los pastores, con sus esposas e hijos, todos estarían avisados de boca en boca, cantándoles canciones y con danzas o haciendo representaciones y juegos que harían reír al niño. Porque una gran noticia les ha llegado para los pobres, Dios se hace niño y pobre para estar desde el principio de su vida con ellos.

No sabemos mucho más de la infancia de Jesús: sólo cuando fue llevado al Templo para ser circuncidado (Lc 2, 21, a los ocho días de nacer que podría ser como el bautismo cristiano, pues le pusieron por nombre Jesús) y su presentación una vez cumplidos los días de la purificación (Lc 2, 22-24); las profecías de Simeón y Ana (Lc 2, 25-38), que tanto marcarán, sobre todo, en la historia de María: “Éste está puesto para caída y elevación de muchos …, y para ser señal de contradicción, ¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!, a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones” (Lc 2, 34-35). Esto último empezaría a hacerlo cuando, a los doce años, estuvo “perdido” hablando con los doctores del Templo. “¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi padre?” (Lc 2, 49). Jesús ya tenía responsabilidades con las que tenía que cumplir y se animaba a hacerlas, aunque fuese a temprana edad.

No sé con cuántos años, quizá incluso con menos de doce años, pero ¡cuántos niños en América, África o Asia están tomando responsabilidades que les toca porque si no las hacen no tienen sus familias cómo seguir adelante! Recuerdo al hijo de la peluquera de allá, por donde yo estaba, que formaban parte del grupo de catequesis familiar y que iba vendiendo “yuyos” para el mate o el tereré y así ayudaba a comprar un teléfono para poder seguir sus clases virtuales en plena pandemia o cuando yo iba de visita a casas por el campo y sólo estaba la hija mayor (10-11 años) cocinando y cuidando de sus hermanitos, porque sus padres estaban cosechando los productos del momento.

Seguro que Jesús “además de hacer las cosas de su Padre”, también ayudaba en las cosas de casa y ayudaría a su padre José en la carpintería. Se hizo niño para crecer y aprender lo que significa ser hombre en esa época concreta para poder hablar con coherencia. Tendría una responsabilidad grande que no era simplemente ayudar a una familia y crear su propia familia, sino algo mucho más grande: hacer latir al ritmo de Dios los corazones de un pueblo que agonizaba en la pobreza y la desesperanza y abrir las manos callosas de la gente sencilla, que trabajaba la tierra, para juntos hacer realidad el Reino de Dios.

Es increíble ver a la gente sencilla cuando se reúne y se organiza. Forman sus cooperativas para que a nadie le falte el sustento de cada día y se organizan para defender sus derechos. También se forman para conocer sus obligaciones y que nadie les engañe con falsas promesas para llevarse sus votos. Me imagino también a la Sagrada Familia de Nazaret participando en esas organizaciones con sus vecinos, aunque en Nazaret había pocos, pero con más razón podían y debían apoyarse en lo que pudieran necesitar.

Estas fiestas de Navidad, que estamos por terminar, ¿han servido para acercarnos a los más vulnerables de nuestra sociedad? ¿Han servido para unirnos en familia como familia? ¿Nos han ayudado a estar más presentes en la comunidad? Los tiempos son difíciles, siempre lo han sido, pero juntos, siempre se han llevado hacia adelante, que es la dirección hacia donde va el creyente. Que el 2022 traiga muchas buenas cosas, sobre todo ganas de construir el Reino de Dios.

 

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VÍDEOS DEL AÑO DE SAN JOSÉ

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Hoy, Festividad de la Inmaculada Concepción de María del año 2021, acaba el Año de San José proclamado por el Papa Francisco.

Con este motivo os animamos a repasar los vídeos sobre la Patris Corde elaborados por Joan Palero (Valencia) que hemos ido publicando durante estos meses.

Enlace a los vídeos sobre San José:

https://www.youtube.com/watch?v=2xY9pWjzTio...

Los tenemos alojados en nuestro canal de Youtube (https://www.youtube.com/.../UCNxXSJsn.../featured), al que también os animamos a visitar

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CLAVES DE LECTURA DEL LIBRO DEL GÉNESIS

Javier Velasco-Arias

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¿DÓNDE ESTÁ TU HERMANO?

Los orígenes

En el capítulo 4 del libro del Génesis leemos la historia de dos hermanos, Caín y Abel.

Dos hermanos enfrentados. Las diferencias entre los dos son importantes, a pesar de que son presentados como mellizos: el primero es agricultor y el segundo pastor.

La relación de ambos con Dios no es simétrica, mientras la de uno es angustiosa, la del otro es pacífica; el carácter también los distingue, Caín resentido, Abel confiado…

Contexto

El intento de encontrar en la narración elementos históricos es una tarea ilusoria.

Los trabajos agrícola o pastoril en el Paleolítico, y mucho menos anteriormente, son simplemente inexistentes, se han de esperar siglos para que aparezcan.

El narrador bíblico está trasladando a los orígenes, al principio de la existencia humana, la situación contemporánea que la comunidad creyente a la que pertenece está viviendo: las relaciones entre dos grupos humanos, uno al que su pueblo pertenece, de origen nómada o seminómada, en la que el cuidado de los rebaños ha sido su forma habitual de vida; y, otro, el de los pobladores de la tierra donde actualmente habitan, de vida sedentaria y agrícola.

Enfrentamientos

Las dificultades, las contiendas, las guerras, la violencia… tienen su origen, ya estaban presentes en los orígenes de la Humanidad y continúan presentes en todas las etapas de la Historia.

Esa es una de las enseñanzas que el autor bíblico quiere subrayar, y esa sí que es una verdad incuestionable.

El hecho de situar esta narración inmediatamente después de la del primer pecado (Génesis 3), busca enfatizar que la ruptura con el plan original de Dios (primer pecado) lleva irremediablemente a un conflicto en las relaciones humanas, a la violencia de un ser humano contra otro.

Origen común

Aún más, el narrador nos quiere recordar el origen común de todos los humanos, hijos todos de un mismo Padre y hermanos entre nosotros. Caín y Abel son hermanos, diferentes, pero hermanos: hijos de Dios e hijos, también, de una pareja original (en Adán y Eva, todos somos hermanos, resalta el texto). Las diferencias étnicas, culturales, religiosas o de cualquier otro tipo no menoscaban esta fraternidad universal.

Pero las relaciones humanas, desde el pecado de los orígenes, son relaciones difíciles, en muchas ocasiones enfrentadas, violentas.

El asesinato de Abel por su hermano Caín es paradigma de la violencia que con tanta frecuencia ejerce el ser humano contra otro ser humano.

Pregunta incisiva

La pregunta que dirige Dios a Caín, después de haber dado muerte a su hermano, sigue siendo actual, se sigue repitiendo a lo largo de la existencia humana de todos los tiempos y de todas las culturas: «¿Dónde está tu hermano?» (Génesis 4,9).

La respuesta del fratricida también es actual: «No sé, ¿soy yo, acaso, el guardián de mi hermano?» (Génesis 4,9). No se siente responsable de su hermano, no le importa. No es capaz de admitir la responsabilidad de su pecado, de su crimen. Nunca le han importado las preocupaciones, las dificultades, la vida de su hermano Abel.

Justicia y misericordia

Pero el Dios de la Biblia es un Dios justo, sale en defensa del más débil, del pequeño, del que padece la injusticia de los otros. No es un dios ajeno a la existencia humana y sus dificultades y miserias. Y recuerda a Caín el mal inmenso que ha hecho.

Y el mal no queda impune. Aunque, incluso en estas circunstancias, junto a la justicia divina siempre se hace presente su misericordia. Y no abandonará a Caín, a pesar de la gravedad de su crimen: «Y el Señor marcó a Caín, para que no lo matara quien lo encontrara.» (Génesis 4,15).

Como afirma el salmista: «La palabra del Señor es recta, se mantiene fiel en todo lo que hace. Ama la justicia y el derecho y su misericordia llena la tierra» (Salmo 33,4-5).

Para la oración

Hemos de revisar, en la intimidad de la oración, la inseparable relación entre el amor a Dios y el amor al prójimo, conscientes de que el olvido de uno de ellos nos lleva irremediablemente a la omisión del otro. Nos lo recuerdan los evangelios: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, y con toda tu mente. Éste es el precepto más importante; pero el segundo es equivalente: Amarás al prójimo como a ti mismo. Estos dos preceptos sustentan la ley entera y los profetas» (Mateo 22,37-40). Dios es nuestro Padre, y el otro es mi hermano.

Y, por tanto, la interpelación de Dios a Caín, también está dirigida personalmente a cada uno de nosotros. Dios se dirige a ti, preguntándote: «¿Dónde está tu hermano?».

En cuantas ocasiones mi respuesta más o menos explícita se parece a la de Caín: «No sé. ¿Soy yo acaso el guardián de mi hermano?». ¿Soy yo el que me tengo que preocupar de lo que le pasa a aquel o aquella?; ya tengo yo suficientes problemas. A mi me importa lo mío y lo que le pueda pasar a los míos; que cada cual resuelva sus asuntos.

Nos hemos vuelto, con mucha frecuencia, insensibles al sufrimiento humano.

Los medios de comunicación ayudan a esta actitud de indiferencia, también a los que

nos llamamos cristianos. Vemos situaciones desgarradoras de injusticias, de guerras,

de violencia en televisión mientras comemos o cenamos y ni nos inmutamos. «¿Soy yo

acaso el guardián de mi hermano?».

Pero la pregunta del Dios de la Biblia nos sigue interpelando: «¿Dónde está tu hermano?».

Javier Velasco-Arias

(publicado previamente en el blog "Biblia y Pastoral" el día 6 de julio de 2017)

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EL VÍDEO DEL PAPA

Intención de oración del Papa

Mes de diciembre

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LOS CATEQUISTAS

En este mes de diciembre los catequistas van a ayudar y acompañar a niños, adolescentes, jóvenes, adultos y catecúmenos de cualquier edad a vivir el adviento, la espera del Verbo Encarnado, del Niño que viene a trastocarlo todo para, oh gran paradoja, ordenarlo todo.

Y lo harán por medio de la lectura de la Palabra, de oraciones, poemas, canciones, de dibujos y murales, con velas y con vídeos, organizando representaciones y pesebres, pero sobre todo dejando tiempo, esfuerzo, ilusión y trabajo en equipo.

El Papa Francisco nos pide oremos por este ministerio insustituible. Un ministerio que no es ni ocasional ni circunstancial. El catequista no hace o trabaja de catequista. El catequista es catequista, de forma identitaria porque así lo ha constituido el Señor.

El Papa en el vídeo anima a que los catequistas sean creativos, que lo hagan con un nuevo lenguaje, alejados de la bocina.

Enlace al vídeo del Papa:

https://www.youtube.com/watch?v=Ydhal3njCAc&t=1s

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CONSULTORIO BÍBLICO

¿PODEMOS SABER LA FECHA DEL NACIMIENTO DE JESÚS?

Quique Fernández

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Coordinador de Escuela de Animación Bíblica

De entrada nos es necesario partir de dos premisas. La primera es que los evangelistas no tuvieron la intencionalidad de escribir un texto científico, ni tan siquiera histórico, en el sentido más estricto del término.

La segunda se desprende de la anterior. Los evangelios contienen datos inexactos debido a que los que los escribieron no contaban con las fuentes de medición de espacio y tiempo con las que hoy sí contamos. Ellos, ya sabemos, eran más de “en tiempos de...” o “por aquellos días....”.

Por tanto, tomada la pregunta de forma estricta, diríamos que literal, la respuesta debiera ser un “no”. Pero si lo que pretendemos es un acercamiento, sin pontificar, sino aceptando que el estudio histórico de la Antiguedad permite hipótesis plausibles pero abiertas, entonces podremos decir algo más que ese “no”.

Por el Evangelio de Mateo conocemos que Jesús nació durante el reinado de Herodes (Mt 2, 1). Pero Flavio Josefo, nos presenta que Herodes murió hacia el año 4 a.C. ¿Un primer escollo? Sin duda, aunque algunos historiadores creen que Flavio Josefo se equivocó al situar la muerte de Herodes en torno a un eclipse lunar del año 4 a.C. y no del siguiente eclipse del año 1 a.C. Esa hipótesis haría plausible que Jesús naciera en torno al 2 a.C.

Por el evangelista Lucas conocemos que el nacimiento ocurrió durante el censo de Quirino, gobernador de Siria (Lc 2, 2). Sin embargo las fuentes históricas situan a Quirino como gobernador a partir del año 6 d.C. ¿Un segundo escollo aún más grande? Pudiera ser... aunque también los hay que defienden que Quirino fue gobernador en dos etapas y que la primera de ellas fue entre los años 12 a 2 a.C.

Y otro detalle más sobre el día y mes del año. En Roma se celebraba el 25 de diciembre el nacimiento del “Sol Invicto”. Fue seguramente el Papa Julio I (350 d.C.) quien propuso esa fecha para celebrar el nacimiento del verdadero Sol, el único que nunca se apagará y por tanto siempre será invicto, Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios, el Redentor de la humanidad.

(publicado previamente en el núm. 2204 del semanario Catalunya Cristiana de fecha 19 de diciembre de 2021)

 

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IGLESIA EN SALIDA

Joan Palero

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"¿Dónde está mi queso?" Es una historieta protagonizada por dos ratones (Oli y Corri) y dos humanos (kif y kof). Todos conviven en los laberintos de una central quesera donde son felices teniéndolo todo.

Un día, los dos ratones y los dos humanos, se encuentran con que el queso que paulatinamente se ha ido agotando, ha desaparecido por completo.

Los ratones rápidamente SALEN, se ponen en marcha buscando otras maneras, otro lugar donde pueda haber queso. Trabajan en equipo, mientras uno olfateaba el otro le sigue.

Los humanos NO SALEN, se quedan lamentando aquella situación de pérdida, preguntándose por qué el queso se agotó hasta desaparecer.

Tras días de pena, Kof llega a la conclusión de que la desaparición del queso ha sido gradual, y, por lo tanto, no volverá a ser como antes. Así, se pone en marcha sin la ayuda de su amigo Kif que se queda en la central quesera agotada.

Kof empieza a caminar investigando cada rincón del laberinto en busca de nuevo queso, dejando mensajes por el camino para que su querido amigo Kif se orientase en caso de que decidiera seguirle.

Finalmente, los dos ratones llegan primero a una nueva central donde encuentran una gran variedad y cantidad de quesos que en su vida podían haber imaginado. El cambio había sido para mejor.

Días más tarde llega Kof y se queda boquiabierto al ver aquello, de nuevo tenían queso para comer toda la vida. Kof se queda en su nuevo hogar, esperando la llegada de su querido Kif, y disfrutando de aquel cambio que experimentó por no haber tenido miedo.

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BUSCA LOS SIETE ERRORES

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Quién no ha jugado alguna vez, solo o en familia, a ese juego en el que se deben encontrar las siete diferencias entre dos imágenes o la variante de encontrar siete errores, siete sinsentidos, en una imagen.

Pues bien, a eso nos vamos a dedicar con Génesis 37, el primer capítulo que nos presenta el ciclo del Patriarca José y, concretamente, sus graves problemas por conflicto familiar. Y lo haremos fijándonos en siete errores de esa familia.

1. EL ERROR DE JACOB

Nos dice el texto bíblico que “Jacob amaba a José más que a todos los demás hijos” (v.3). Ese es un primer error en el que un padre nunca debe caer. Un buen padre ama a todos sus hijos por igual. Porque, además, ese desequilibrio puede ser causante de graves desavenencias entre los hermanos. Todos deben sentirse iguales y ninguno superior o inferior a los otros.

Es curioso que esa preferencia se plantee por “ser el hijo de su ancianidad”, porque con ese criterio la preferencia debiera ser para el más pequeño, Benjamín. Y es revelador que todos los hermanos hicieran de pastores y a él le tocara el papel de “inspector”. Qué mala vista la de su padre Jacob.

Pero, todo esto ¿no tendrá más que ver con la intención de Dios de que la vida de José sea una prefiguración de Jesús? No parece casualidad que estemos ante un hijo predilecto, al que se le teje una túnica especial y que no será reconocido por los suyos sino entregado a la muerte.

2. EL ERROR DE JOSÉ

No es que precisamente José lo pusiera fácil. La mejor táctica para hacer amigos, o para llevarse bien con los hermanos, no es fomentar una competencia de quien es el mejor.

Que José le dijera a sus hermanos que había soñado que su gavilla era la única que se mantenía erguida o que los planetas y astros se inclinan ante él, sirvió para echar más leña al encendido odio que sus hermanos le tenían.

Incluso su padre, intentando rectificar tarde su error, le reprendió.

Y es que para una buena convivencia familiar es importante ser humilde y mostrarse humilde. Que los demás no te puedan percibir como altanero.

3. EL PRIMER ERROR DE LOS HERMANOS DE JOSÉ

“Y le aborrecieron hasta el punto de no poder ni siquiera saludarle” (v.4). Para llegar a este punto hacen falta algo más que dos sueños de grandeza. El odio se alimenta de malos entendidos, de diálogos ni intentados, de resentimientos que crecen a partir de dimes y diretes, de “ya te decía yo”, de “que se ha creído ese”, es decir, de críticas y murmuraciones.

Puede, incluso, que esas críticas tengan algo de razón pero cabe preguntarse si se formulan para arreglar algo o para estropearlo más.

Y, sobre todo, debemos preguntarnos a dónde nos llevan esas críticas, si nos hacen mejores. En el caso de los hermanos de José, unos versículos más adelante se nos dice que “le tenían envidia” (v.11)

4. EL SEGUNDO ERROR DE LOS HERMANOS DE JOSÉ

Los sentimientos no siempre se pueden conducir y si son malos evitarlos. Es verdad, a veces los sentimientos nos pueden, nos inundan. Pero tal como se ha formulado de forma clásica durante años, no es lo mismo sentir que consentir.

O dicho desde otra perspectiva, un error no se soluciona con otro error. Este segundo error acostumbra a ser mayor que el primero porque en el fondo lo que busca es tapar, hacer desaparecer, al primero por lo que necesita ser más grueso. Pero no se arregla nada, no mejora nada, al contrario, se empeora mucho: “Conspiraron contra él para matarle” (v.18). Los sueños pasan a ser pesadillas.

5. EL ERROR DE RUBÉN Y EL ERROR DE “LOS BUENOS”

Rubén se percata que aquello se les ha ido de las manos, que el odio se está tornando violencia y que esa violencia puede llegar al punto de “no retorno”.

Ha llegado, por tanto, el momento de plantarse y de plantar cara a sus hermanos, de aferrarse a la Verdad y a la Bondad.

Pero no, no da la cara, no quiere quedar mal ante la mayoría. Aunque quien sabe si afrontando el problema hubiese cambiado esa mayoría.

Todos necesitaban en ese momento algo de reflexión que les llevase al gesto valiente que siempre es rectificar. Pero el que podía ser el iniciador de ese cambio se convierte en un cobarde. Dijo “no atentemos contra su vida, no derraméis sangre” (v.21-22) para a continuación presentar como mejor alternativa... echarle al pozo.

Dicen que su intención era salvarle, pero se quedó en intención porque lo dejó para demasiado tarde.

6. EL ERROR DEL CINISMO DE JUDÁ Y EL ERROR DE LA MASA

Judá tiene una mejor idea. Fijémonos que a cada nueva idea que tienen estos hermanos se superan. Ya no le matamos, ya no le dejamos en el pozo, porque para que mancharnos con su sangre... ahora lo vendemos. Qué buen negocio. Nos hacen el trabajo los demás y además nos ganamos un dinerito.

Y dice que “sus hermanos asintieron” (v.27). ¿Es que a ninguno le queda algo de sentido común o de compasión?

Las masas son peligrosas cuando se dedican a regalarse el oído dándose la razón los unos a los otros. La masa despersonaliza las decisiones y, con ello, nos creemos que disfraza suficientemente nuestra responsabilidad.

7. EL ERROR DE ESCONDER EL MAL CON MENTIRAS

Las mentiras siempre buscan esconder algo y ese algo siempre es un mal.

Los hermanos de José mienten a Jacob respecto de lo que le ha sucedido a su hermano: “¡José ha sido despedazado!” (v.33)

La verdad es que lo que sí han logrado descuartizar es a la familia. Las mentiras hacen mucho daño a las relaciones personales, y aun lo hacen más, cuando esas relaciones son más estrechas e íntimas, como lo son las familiares. Porque en esas personas tenías puesta tu confianza, eran con los que te podías sentir seguro y mostrarte tal cómo eres.

Y ya se sabe, las mentiras tarde o temprano se descubren.

 

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CONECTADOS CON EL PAPA - Diciembre 2021

Joan Palero

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El libro del Genesis cuenta que, tras el pecado de vanagloria del hombre, Dios, EN SU JUSTICIA selló con querubines, y con la llama de una espada vibrante, el camino al árbol de la vida. (Gen 3, 24)

Siglos más tarde, después de haber tratado con la humanidad de muchas maneras y sin haberla dejado nunca de lado, en aquella primera Navidad, EN SU AMOR Y MISERICORDIA, le abrió de nuevo al hombre la PUERTA hacia la Vida, una vida mucho más plena y abundante que la primera.

Navidad, en latín “Nativitas”, significa “nacimiento”, un nuevo principio, una nueva vida.

Jesús asegura ser la Verdad, la Puerta que se nos abre para tomar el Camino hacia la Vida. Solo queda fiarnos de Él, creerle y querer volvernos (convertirnos) para entrar y caminar por Él hacia Él.

Este fue, y sigue siendo, el mensaje de Jesús y el de sus discípulos. También fue el mensaje del Papa Francisco al principio de su pontificado, y lo sigue siendo hoy a pesar de …

Francisco, en la homilía del 22 de abril de 2013 en la Casa Santa Marta, decía:

“La única puerta para entrar en el Reino de Dios, para entrar en la Iglesia es Jesús mismo.”

“Jesús no solo es la puerta: es el camino, es la vía. Existen tantos senderos, quizás más convenientes para llegar”, pero son “engañosos, no son verdaderos, son falsos. El camino es solo Jesús”

“A veces –afirmó Francisco- tenemos la tentación de ser demasiado dueños de nosotros mismos y no humildes hijos y siervos del Señor”: “Y esta es la tentación de buscar otras puertas u otras ventanas para entrar en el Reino de Dios. Solo se entra a través de aquella puerta que se llama Jesús. Solo se entra a través de aquella puerta que nos conduce por un camino que es un camino que se llama Jesús y nos conduce a la vida que se llama Jesús. Todos aquellos que hacen otra cosa –dice el Señor– que trepan para entrar por la ventana, son ‘ladrones y asaltantes’. El Señor es sencillo. No habla un lenguaje difícil: Él es sencillo”.

Quien no entra en el redil por la puerta, Jesús, ''es uno que quiere trepar''

En la sencillez de la Navidad Dios nos ha mostrado cosas tan grandes y sublimes que seríamos incapaces de poder soñar y entender: La manifestación de TODO el Amor de Dios Infinito.

Por la sencillez y la humildad de María y José, Dios hizo posible aquella primera la Navidad.

Como Jesús, María y José, sigamos siendo humildes, pobres, mansos y justos para que los que no encontraron la Puerta puedan encontrarla, alegrarse en su Navidad, entrar y caminar en Él.

Seamos, celebremos juntos SIENDO NAVIDAD.

 

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BIBLIA Y FAMILIA

Quique Fernández

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NI EL BUENO ERA TAN BUENO NI EL MALO ERA TAN MALO

Lo reconozco. De pequeño me colaron que los buenos eran el 7º de caballería y los malos eran los indios. Años más tarde, en la adolescencia, tuve que preparar una exposición en clase de Lengua y defendí, para estupor de unos cuantos compañeros, tanto a los sioux y apaches como a los incas y aztecas.

Ese sencillo recuerdo me sirve como paralelo para mi lectura de la historia de Esaú y Jacob. Durante bastante, puede que mucho, tal vez demasiado tiempo me creí que Jacob era el bueno muy bueno y que Esaú era el malo muy malo. Bien es verdad que esto me ocurrió por fiarme de las fuentes indirectas y en cierto modo contaminadas.

Cuando uno lee los capítulos dedicados a las relaciones entre Esaú y Jacob, especialmente los capítulos 25 y 27 de Génesis, se enfrenta a una situación muy diferente de las simplificaciones reduccionistas que hasta entonces me habían llegado o con las que yo me había conformado.

“En cierta ocasión estaba Jacob cocinando un guiso, cuando llegó Esaú del campo, muy agotado. Dijo Esaú a Jacob: «Por favor, dame un poco de ese guiso rojizo, pues estoy hambriento» (por eso fue llamado Edom, o sea, rojizo). Jacob le dijo: «Me vendes, pues, ahora mismo tus derechos de primogénito.» Esaú le respondió: «Estoy que me muero, ¿qué me importan mis derechos de primogénito?» Jacob insistió: «Júramelo ahora mismo.» Y lo juró, vendiéndole sus derechos. Jacob entonces dio a su hermano pan y el guiso de lentejas. Esaú comió y bebió, y después se marchó. No hizo mayor caso de sus derechos de primogénito”. (Génesis 25, 29-34)

Esaú llega muy agotado del campo. Era el cazador. Suministraba de carne a su familia. Y cuando le pide comer del guiso a Jacob... éste en vez de ofrecerle generosamente de lo que tiene... le pide a cambio la primogenitura, que conllevaba unos importantes derechos de sucesión respecto del patriarcado familiar, derechos no solo económicos sino también de consideración sagrada.

Es evidente que, dada la relevancia que la primogenitura tenía, Esaú no hace bien en venderla por un plato del guiso. Es una falta de respeto a su padre, a su familia, a sus antepasados, a Dios mismo. Pero... ¿se puede defender la actitud egoísta y aprovechada de Jacob? Me parece que no. Es más, da la sensación que estaba casi que esperando ese momento, es decir, que envidiaba a Esaú. Aunque toda la culpa, seguramente, no era de él. Lo veremos en los sucesos del capítulo 27.

Rebeca, mujer de Isaac y madre de Esaú y Jacob, sentía una exagerada preferencia por Jacob. Por eso, cuando ya muy enfermo Isaac, oye como le dice a Esaú que le vaya a buscar caza y que después le otorgará su bendición, es decir, lo bendecirá como su sucesor en el clan familiar, entonces trama una grave mentira, para que Jacob usurpe el lugar de Esaú.

“Jacob entró donde estaba su padre y le dijo: «¡Padre!» El le preguntó: «Sí, hijo mío. ¿Quién eres?» Y Jacob dijo a su padre: «Soy Esaú, tu primogénito. Ya hice lo que me mandaste. Levántate, siéntate y come la caza que te he traído. Después me bendecirás.» Dijo Isaac: «¡Qué pronto lo has encontrado, hijo!» Contestó Jacob: «Es que Yavhé, tu Dios, me ha dado buena suerte.» Isaac le dijo: «Acércate, pues quiero tocarte y comprobar si eres o no mi hijo Esaú.»

Jacob se acercó a su padre Isaac, quien lo palpó y dijo: «La voz es la de Jacob, pero las manos son las de Esaú.» Y no lo reconoció, pues sus manos eran velludas como las de su hermano Esaú, y lo bendijo. Volvió a preguntarle: «¿Eres de verdad mi hijo Esaú?» Contestó Jacob: «Sí, yo soy.» para que la coma y te dé mi bendición.» Jacob le sirvió y comió. También le ofreció vino, y bebió. (Génesis 27, 18-24)

Por supuesto, empezando por Rebeca, su acción es completamente reprobable. La mentira nunca debe ser la forma de construir nada. El atajo no conduce a la verdad y, por tanto, tampoco a la voluntad de Dios. Otra cosa es que Dios incluso de lo malo puede sacar de bueno.

Pero es que, además, Jacob incluso supera a su madre. Usa el nombre de Dios para su falsedad («Es que Yavé, tu Dios, me ha dado buena suerte») y miente a su padre no una sino dos veces cuando su padre le insiste.

No puedo resistirme a decir: ¡vaya joya! Me resisto a aceptar que Jacob pase por el

bueno muy bueno y me resisto aún más a que a Esaú se le cuelgue el "sanbenito" de

malo muy malo. En este caso es evidente que las relaciones entre hermanos estaban

gravemente deformadas por el egoísmo.

En el próximo capítulo, superaremos las complicadas relaciones bilaterales que hemos

tratado hasta ahora (Caín y Abel, Abraham y Lot, Esaú y Jacob) y lo complicaremos

algo más con un gravísimo conflicto entre doce hermanos

 

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CONECTADOS CON EL PAPA

Noviembre 2021

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Joan Palero

Caminar a diario, o periódicamente, tiene muchas e innumerables ventajas. Mejorará nuestro humor, aclara la mente, contrarresta el estrés o los efectos de la depresión, fortalece nuestro sistema inmune, mejora la circulación, fortalece el corazón…

Salir a caminar es bueno, pero aun lo es más cuando podemos hacerlo en compañía o en grupo. Para ello es necesario rodearse de personas convencidas de las ventajas de caminar, y de que las ventajas se acrecientan cuando lo hacemos en compañía. Hasta la Biblia está convencida y nos anima a sacar el mayor provecho de todo haciendo las cosas juntos: “Más valen dos que uno solo, pues obtienen mayor ganancia de su esfuerzo. Pues si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo que cae!, que no tiene quien lo levante.” (Eclesiastés 4, 9-10)

También Jesús envía a sus discípulos a ir, a salir llevando la Buena Nueva, de dos en dos. Y a ser una única comunidad, donde todos quepan y aúnen esfuerzos para salir y llevar Vida a todos los demás.

Con esto del sínodo sobre la sinodalidad, en la Iglesia se ha puesto de moda hablar de caminar juntos, a la escucha de la Palabra de Dios y bajo la guía del Espíritu Santo. Pero la salud no mejora hablando de caminar, sino caminando mientras hablamos.

Para algunos, esto de caminar juntos, resulta más complicado que caminar solos

. Puede parecer sencillo caminar junto a alguien, pero no lo es. Sin embargo, es

la manera que Jesús elige para hacerse presente, para hacer ver y entender su

nueva realidad, cambiando la nuestra y nuestra dirección, haciéndonos volver

hacia todos.

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LA ORACIÓN EN EL NUEVO TESTAMENTO (cap. 16)

Óscar Rodríguez

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4.La oración de Jesús en la Última Cena

4.2. La oración sacerdotal

4.2.2. Jesús ora por sus discípulos

También para los discípulos ésta es la hora privilegiada y solemne del último encuentro con su Maestro: la hora de la manifestación del amor de Jesús “hasta el final” en la Eucaristía y del anuncio del “mandamiento nuevo” del amor mutuo. En esta hora de la separación, Jesús dirige al Padre una oración especial y solemne por ellos. Éstas son sus palabras:

Yo te ruego por ellos. No ruego por el mundo, sino por los que tú me has dado; porque te pertenecen (v. 9).

Jesús no se niega a orar por el mundo; pero, en este momento especial, su oración se refiere exclusivamente a los apóstoles, y contiene tres peticiones específicas al Padre:

- La unión en la fe

- La defensa del maligno

- La santidad

Veamos detalladamente cada una de estas peticiones.

La primera petición es ésta:

Padre santo, guárdalos en tu nombre [el nombre] que me has dado para que sean uno, como tú y yo somos uno (v. 11b).

El factor de unidad entre los discípulos es su fe en el nombre del Padre, y el paradigma o modelo de esa unidad es la que existe entre el Padre y el Hijo, es decir la que existe entre las tres Personas divinas. San Cipriano describe a la Iglesia precisamente como unidad, con una frase realmente lapidaria:

In unitate Patris, et Filii et Spiritus Sancti plebs adunata: Un pueblo reunido en la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (De dominica oratione).

A los discípulos les esperan muchas pruebas y luchas (cf Mt 10,16-31), y no se librarán del sufrimiento, como tampoco se ha librado su Maestro; pero Jesús ora para que sean defendidos del maligno:

No te pido que los saques del mundo, sino que los guardes del Maligno (v.15).

“Mundo”, en la Sagrada Escritura, tiene varias acepciones. La primera designa el conjunto de la creación (Gen 1,1ss), y dentro de ella, la humanidad, los hombres, a quienes Dios ama entrañablemente (Prv 8,31). En este contexto se entiende el ruego del Señor: “No te pido que los saques del mundo”:

Lo he enseñado constantemente con palabras de la Escritura Santa: el mundo no es malo, porque ha salido de las manos de Dios, porque es criatura suya, porque Yavé lo miró y vio que era bueno (cfr Gen 1,7ss). Somos los hombres los que lo hacemos malo y feo, con nuestros pecados y nuestras infidelidades. No lo dudéis, hijos míos: cualquier modo de evasión de las honestas realidades diarias es para vosotros, hombres y mujeres del mundo, cosa opuesta a la voluntad de Dios (Beato Josemaría Escrivá, Conversaciones, n. 114).

En segundo lugar, “mundo” indica los bienes de la tierra, de suyo caducos y que se pueden presentar en oposición a los del espíritu (cf Mt 16,26).

Finalmente, porque los hombres malos han sido esclavizados por el pecado y por el demonio, “príncipe de este mundo” (Jn 12,31; 16,11), el “mundo” es considerado a veces como enemigo de Dios y contrario a Cristo y a sus seguidores (Jn 1,10). En este sentido el mundo es malo, y por eso Jesús no es del mundo, ni lo son sus discípulos:

No son del mundo, como yo no soy del mundo (v.16)

También a esa acepción peyorativa se refiere la doctrina tradicional, que considera el mundo, junto con el demonio y la carne, como enemigos del alma frente a los cuales hay que estar en constante vigilancia. Esta vigilancia es lo que llamaríamos la dimensión “ascética” de la santidad, que es la tercera petición de Jesús:

Santifícalos en la verdad. Tu palabra es verdad: Como tú me enviaste al mundo, yo también los he enviado al mundo; por ellos yo me santifico, para que también ellos sean santificados en la verdad (vv. 17-19).

La santificación que Jesús pide para sus discípulos no es una separación cultual del mundo profano, según la concepción veterotestamentaria. Al contrario, los discípulos son enviado a un mundo pecador. La separación debe darse en su corazón por medio de una continua conversión y una renovación interior. El único santo es Dios, de cuya santidad participan las personas y las cosas. “Santificar” consiste en consagrar y dedicar algo a Dios, excluyéndolo de los usos profanos: en este sentido Dios dice a Jeremías:

Antes que tú salieras del seno materno no te santifiqué, te constituí profeta para las naciones (Jer 1,5).

La consagración a Dios exige perfección o santidad del don consagrado, a semejanza del sacrificio de Abel el Justo (Plegaria Eucarística I). De ahí que una persona consagrada deba tener la santidad moral, ejercitarse en las virtudes morales. Ambas cosas –consagración y perfección- pide aquí el Señor para sus discípulos, porque las necesitan para su misión sobrenatural en el mundo.

 

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BIBLIA Y MISIÓN

P. Toni Plaza, MSC

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PUES AQUÍ YA HA LLEGADO ¿?...

No es que recorra toda la ciudad de Valladolid. Tampoco estoy viendo mucho la tele y no sé si ya empezaron con los anuncios. Pero en un tramo de la Avd. de Segovia, aquí en el barrio de las Delicias, ya han puesto las luces de Navidad. ¡Y todavía no ha empezado el Adviento!, aunque cuando se publique este artículo, sí que habrá comenzado. Es extraño en qué han convertido estas celebraciones navideñas. Han inventado una carrera (comercial, política, que sea vea que el ayuntamiento está creando ambiente festivo…) para darse una publicidad que nada tiene que ver con lo que los cristianos celebramos. Y no hablemos del “gordito”, vestido de rojo que, por aquella parte del mundo, con el calor que hace, no sé qué hace tan abrigado.

Aunque nuestra mayor fiesta litúrgica sea la Pascua, Cristo Resucitado, vencedor de la muerte, que hace nuevas nuestras vidas y que recordamos cada domingo, no hay duda que las fiestas navideñas son muy entrañables por su sentido familiar. Dios se hace hombre, hace familia, y nuestras familias se juntan siempre por Navidad. Que la pandemia no nos estropee estos encuentros tan significativos. En Paraguay, las fechas navideñas se aumenta la circulación de los transportes que van al interior y las estaciones están repletas de gentes que viajan para compartir con sus familiares estas fiestas tan bonitas. Quizá, durante el año no se ven, pero estas fiestas…

Recuerden que los únicos evangelios que hablan de la Navidad, del nacimiento de Jesús, son Mateo y Lucas. Seguro que ya conocen sus diferencias; las diferentes formas de contar su nacimiento y quiénes fueron a adorar al recién nacido. Me da la sensación que el evangelio de Mateo sería más para esta parte del mundo; y el de Lucas más para el sur. En el norte, las celebraciones litúrgicas (los atuendos con los que va la gente o las ornamentaciones litúrgicas…), las comidas, los regalos que se comparten… suenan más a “reyes”; en el sur, también se hace fiesta, pero las celebraciones litúrgicas son más familiares, las comidas más sencillas y los regalos más prácticos (zapatos para calzarse, ropa nueva, útiles escolares…) … suena más a “pastorcillos”.

Los pesebres que se hacen en el sur tienen menos personajes (la Sagrada Familia, los reyes y algún pastorcillo) y quizá no “tan obras de arte”, pero hay una tradición muy bonita. Se decoran muy bien, con mucho verde alrededor, frutas (sandías, melones, papayas…), la hermosa flor de coco, que da un olor impresionante, y del portal, hecho de cañas de bambú, cuelgan caramelos y chipas (producto típico paraguayo) … Pero esas decoraciones duran muy poco, porque son para compartir con la gente que viene a visitar y ver el pesebre. También se hacen representaciones vivientes del pesebre en las comunidades.

Hay un hermoso cuento de Navidad, contado por Mamerto Menapace, que siento mucho reducirlo por el espacio que contamos, pero lo importante es el contenido. No lo cito textualmente, lo cuento con mis palabras:

En una tienda de juguetes había un hermoso y gran oso de peluche que no era comprado por nadie. Para los que tenían muchos hijos era un precio muy caro que no se podían permitir; y los que sí tenían dinero, no tenían hijos a quienes regalárselo. El pobre se quedó muy triste: las cosas valiosas son difíciles de conseguir. De repente, se ilumina la tienda, ya estaba cerrada, y aparece Jesús con una gran bolsa llena de regalos que le dice al oso si no le gustaría acompañarle. De repente cobró vida y se fue con Jesús a repartir regalos. Fueron a los barrios más pobres, porque el “gordito”, vestido de rojo, iba a los lugares ricos. Llegaron ya a la última casa, la más pobre del barrio. Jesús se quedó fuera jugando con los perros, porque era muy amigo de los animales y entró peluche solo. Asustado le dijo a Jesús desde dentro de la casa que ya no había más regalos. Y Jesús le dijo: ¡Peluche, haz como yo, entrégate tú!... Peluche entró y ya no salió. Al día siguiente, los chismosos y envidiosos del barrio, porque en los barrios hay de todo, diciendo en voz baja: ¿dónde habrán robado ese peluche tan hermoso?

Jesús tiene sus preferidos (Lc 10, 21: “Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos y se las has dado a conocer a la gente sencilla”). Y así lo entendieron los primeros cristianos: “Fíjense, hermanos, en su propia condición: ¿cuántos de ustedes tienen el saber humano o son de familias nobles e influyentes? Dios ha elegido lo que el mundo considera necio para avergonzar a los sabios, y ha tomado lo que es débil en este mundo para confundir lo que es fuerte” (1Cor 1, 26-27). Vino para todos, pero, sobre todo, para los que se sienten más abandonados y, precisamente por eso, se sienten más solidarios y comprometidos entre ellos. Por eso, al evangelio de Lucas se le conoce como el evangelio de la misericordia.

 

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LO SOCIAL DESDE LA BIBLIA

Mn Pere Pardo, DP

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JOSÉ: LAS SIETE VACAS HERMOSAS Y LAS SIETE VACAS FEAS

En los últimos capítulos del Génesis encontramos la historia de José. De pequeño me encantaba esta historia junto a la del Profeta Daniel con los leones o Sansón. Al final ganaban los buenos y después de sus sufrimientos el Señor los liberaba. Hoy día, aunque sigue estando en mi corazón ese niño, lo contemplo como un ejemplo que, aunque muchas veces nuestra vida esté llena de problemas y obstáculos, el Señor al final cumplirá su palabra de liberarnos.

Bueno, la historia de José es fantástica, pero yo no la voy a contar toda. Hoy quiero hacer referencia en la parte donde el Faraón tiene el sueño de las siete vacas hermosas y gordas; y las siete vacas feas y flacas (Gn 41, 1-36). José, después de interpretar el sueño le da un consejo al Faraón: “Ahora pues, aconsejo a Faraón que busque un hombre inteligente y sabio para ponerlo al frente de Egipto” (Gn 41, 34)

Aquí es donde podemos hablar de la responsabilidad que tienen los gobernantes en el momento de prepararse para los tiempos difíciles. Los que tienen responsabilidades políticas no deben olvidar o infravalorar la dimensión moral de su representación y deben tener un compromiso de compartir la suerte de todos sus conciudadanos y encontrar soluciones a los problemas sociales. Una gobernanza basada en no permitir ni una brizna de corrupción que distorsiona el rol de las instituciones, convirtiéndolas en una plataforma de beneficio personal cuando su principal función es la asumir el ejercicio del poder con espíritu de servicio (Juan Pablo II, Christifideles laici 42).

Como os decía al principio, el Faraón recoge el consejo de José y lo nombra. José pasa

de esclavo a ser el segundo hombre más importante de Egipto. El bueno triunfa y mi

corazón de niño se siente bien. Además, José ejercerá su poder al servicio de todo el

pueblo Egipto. Nadie pasó hambre y hasta los pueblos de entorno fueron a comprar trigo

a Egipto. José ejerció la gobernanza al servicio de las personas y no puso a las personas

a su servicio…sin comentarios.

 

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CONSULTORIO BÍBLICO

¿QUÉ QUIERE DECIR EL FAMOSO TÉRMINO “JUSTIFICACIÓN" EN SAN PABLO?

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Quique Fernández

Coordinador de Escuela de Animación Bíblica

Dice San Pablo: "Pensamos que el hombre es justificado por la fe, independientemente de las obras de la Ley" (Rm 3, 28). Pero… ¿qué quiere decir eso de “justificado”? Para poder entender su significado resultará muy útil echar una vista atrás a la vida de Saulo-Pablo.

Hasta el encuentro con Jesús Resucitado, Saulo consideraba, “las obras de la Ley” el contenido completo de la Torá, incluido el conjunto de normas rituales y cultuales: la circuncisión, la pureza ritual y alimentaria, la observancia del sábado… Pero a partir de ese encuentro transformador consideró que todos sus “méritos”, es decir sus obras de la Ley, eran “basura”.

La “justificación” según San Pablo es reconocer la iniciativa de Dios en la dinámica de la salvación. Una iniciativa que tiene su punto culmen en la encarnación de su Hijo Jesucristo, en su Pasión, Muerte y Resurrección. Las obras de la Ley dejan de ser, pues, el centro de exclusividad identitaria. Ya no hace falta ser judío, ser circuncidado, pues Dios justifica desde una fe con vocación universal.

Este tema fue una de las cuestiones de controversia entre el catolicismo y los cristianos reformados. Lutero entendió en algunos escritos de San Pablo, como por ejemplo en su Carta a los Gálatas

(2, 15-16), que no quedar justificado solo por las obras de la Ley suponía que se quedaba

justificado solo exclusivamente por la fe. Pero el catolicismo no entendía por las obras de la

Ley lo mismo que Lutero y, en ningún caso, concebía la fe como una “creencia” sino como

un seguimiento que acompaña la fe de actitudes y acciones: como dice la Carta de

Santiago, “la fe, si no tiene obras, está muerta” (2, 17)

Ello no obsta para que, recordemos la iniciativa divina, podamos decir con San Pablo que

"son justificados por el don de su gracia, en virtud de la redención realizada en Cristo

Jesús" (Rm 3, 24) o “tu gracia me basta” (2 Cor, 2-9).

(publicado previamente en el núm. 2200 del semanario Catalunya Cristiana de fecha 21 de

noviembre de 2021)

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LA BIBLIA, LIBRO A LIBRO

PRIMERAS IMPRESIONES SOBRE EL LIBRO DE JOB - 2ª parte

Quique Fernández

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Todavía, antes de que acabe el segundo capítulo y, con él, el prólogo del libro, nos encontramos con una vuelta de rosca más. Cuando parece que nada puede ir a peor… el Maligno va y lo propone: «Extiende tu mano contra él y tócalo en sus huesos y en su carne: ¡seguro que te maldecirá en la cara!» (2, 5).

Ahora yo no solo ha de luchar contra el peligro de que su naturaleza caída se rebele contra Dios, sino que también lo tendrá que hacer contra los malos consejos de su mujer: «¿Todavía vas a mantenerte firme en tu integridad? Maldice a Dios y muere de una vez» (2, 9). Y lo hace con una razonada fidelidad: «Si aceptamos de Dios lo bueno, ¿no aceptaremos también lo malo?» (2, 10).

Todo este cuadro de paisaje desolador, de desierto inhabitable, tiene su oasis de gracia: la actitud de fidelidad de Job. Ello me hace pensar en un tema que me parece muy importante teológica, espiritual y pastoralmente: la espiritualidad de la aceptación. Mientras las cosas les van mal a los demás, les animamos con consejos que, después, si nos va mal a nosotros, no nos los aplicamos. De alguna manera, podríamos decir que pedimos a los demás que acepten lo que nosotros no estamos dispuestos a aceptar.

Aparecen en escena los amigos de Job, que de inicio le acompañan en silencio y escuchan su lamento de dolor profundo: «¡No tengo calma, ni tranquilidad, ni sosiego, sólo una constante agitación!» (3, 26). La cuestión es que en ese grito de dolor del justo maltratado «injustamente» yo oigo las palabras de Jesús en Getsemaní: «Si es posible que pase de mí este cáliz…» (Lc 22, 42). Y con Jesús y con Job oigo el lamento de tanto sufrimiento en el mundo: niñas prostituidas, niños soldados, indios del Amazonas a los que les roban su tierra, personas de raza negra a los que se les trata como animales, pobres que malviven recogiendo basura en los vertederos donde, además, viven, duermen y respiran. La lista es tan larga…

De entre los amigos, el primero que toma la palabra es Elifaz de Temán, para hacer una pregunta incisiva: «¿Acaso tu piedad no te infunde confianza y tu vida íntegra no te da esperanza?» (4, 6). Perdón de antemano por la expresión que me sale del alma, por mucho que sea muy poco académica: ¡Uaaaaauuuuu! ¡Vaya preguntita! El amigo dispara

a dar. Imposible evitar el impacto. Es, definitivamente, una llamada a una fidelidad coherente.

Porque, como nos dice Jesús, «si la sal se desvirtúa», ¿quién será la sal del mundo?

Y a continuación sigue con un discurso que empieza con estas preciosas palabras que contienen

una brillante idea: «Yo, por mi parte, buscaría a Dios, a él le expondría mi causa» (5, .

Conforme voy leyendo el discurso tengo la sensación que la letra y música me suenan. Expresiones

como: «Él realiza obras grandes e inescrutables, maravillas que no se pueden enumerar» (5, 9);

«Pone a los humildes en las alturas y los afligidos alcanzan la salvación» (5, 11); «Hace fracasar

los proyectos de los astutos para que no prospere el trabajo de sus manos» (5, 12); «Sorprende a

los sabios en su propia astucia y el plan de los malvados se deshace rápidamente» (5, 13). Me

parece estar escuchando una versión muy cercana al Magnificat.

 

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LA ORACIÓN EN EL NUEVO TESTAMENTO (cap. 15)

Óscar Rodríguez

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4.La oración de Jesús en la Última Cena

4.2. La oración sacerdotal

4.2.1. Jesús ora por su propia glorificación

Después de la cena, en el momento más solemne de este último encuentro con sus discípulos, Jesús se dirige al Padre. Ha llegado su “hora”: la hora de su pasión y muerte, pero también de su glorificación. Él ha cumplido su misión mesiánica aquí en la tierra para la glorificación de su Padre. Ahora puede orar así:

Padre, ha llegado la hora. Glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti (v. 1)

Ahora, Padre, glorifícame con aquella gloria que ya compartía contigo antes de que el mundo existiera (v. 5).

Al principio y al final de esta primera parte, vuelve la misma petición. Aunque las últimas palabras del versículo 5 pudieran darlo a entender, en realidad esta glorificación por la que Jesús ora no es una simple vuelta a la preexistencia del Verbo eterno antes de la Encarnación. La novedad de la inminente glorificación de Jesús en el acontecimiento pascual está en que, de ahora en adelante, también su “carne”, su humanidad, será transformada para transparentar la vida filial. Él será glorificado después de haber cumplido su misión mesiánica. La última realización del reino de Dios es la glorificación de Jesús, para que la gloria del Hijo (de la que participa su humanidad) abarque a todos los hombres.

Éste es el fin último de su misión:

Ésta es la vida eterna por la que ora: Tú (Padre) le diste (al Hijo) poder sobre todos los hombres, para que él de la vida eterna a todos los que tú le has dado (v. 2).

Por tanto, la oración de Jesús por su glorificación no afecta sólo a él mismo, no es sólo una oración “personal”, si se nos permite usar este término, sino que es, sobre todo, una oración mesiánica: abarca la salvación de todos los hombres y el cumplimiento del reino de Dios.

Esta oración por la glorificación es típicamente joánica y característica de la teología del cuarto evangelio por la “anticipación escatológica” que contiene. Según Juan, la vida eterna no está reservada exclusivamente al futuro, al más allá, sino que está ya presente aquí, en la tierra, en la fe cristiana:

La vida eterna consiste en esto: en que te conozcan a ti el único Dios verdadero, y a Jesucristo tu enviado (v. 3).

Por eso, Jesús al final ora también para que todos los hombres participen, por medio de la fe en él, en el conocimiento existencial de la paternidad de Dios.

 

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IGLESIA EN SALIDA

Joan Palero

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Ensancha el espacio de tu tienda, …, no te detengas; … (Is. 54, 2)

Que Jesús sea la revelación última y definitiva de Dios, no significa que haya dejado de ser Verbo y que ya no tenga nada que hacer ni que decir. Él es eternamente el mismo, es la Palabra que sale del Padre y da vida al mundo. Es la Palabra Viva sin la cual nada podemos hacer.

Nacer de ella y del Espíritu es recibir la luz necesaria para ver la realidad del reino de Dios, la que nos ciega para ver y perseguir otros reinos, luz que disipa la oscuridad de todo encierro y que impulsa a salir en busca de la Justicia, lo que en realidad iluminará a todos los hombres. Todo un Camino de Vida y Verdad, siempre hacia adelante, a la escucha de Dios y de los hermanos, libres de miedos e inseguridades, y de la tentación de mirar hacia atrás, al ayer, lo que hoy nos convierte en estatuas calcinadas, exánimes, en piezas en desuso y de museo.

El Espíritu no solo enseña, también RECUERDA las palabras y hechos de Jesús. Él sigue queriendo atravesar los muros que encierran a los suyos en altos aposentos: No tengáis miedo. Como el Padre me ha enviado, yo os envío. Recibid el Espíritu. Sed llenos de Él, y al vaciaros de

vosotros, valientes saldréis hacia los demás.

“La Iglesia no es “una fortaleza cerrada”, sino “una tienda de campaña"

capaz de "agrandarse para recibir a todos", es en salida y de puertas

siempre abiertas". (Papa Francisco)

«Caminar juntos con Jesucristo y bajo la guía del Espíritu Santo es el

significado de la palabra “Sínodo”» (Cardenal Omella)

(publicado en el semanario Catalunya Cristiana núm. 2199 de fecha 14 de

noviembre de 2021)

 

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CONSULTORIO BÍBLICO

SI EL CUERPO ES OBRA DE DIOS, ¿POR QUÉ SAN PABLO DICE QUE LA CARNE NO VALE PARA NADA?

Quique Fernández

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Coordinador de Escuela de Animación Bíblica

San Pablo a los Gálatas les dice que “la carne tiene apetencias contrarias al espíritu, y el espíritu contrarias a la carne” (5, 17). Estas palabras parece que confirman la contradicción que enunciamos en el título de esta consulta. Y, sin embargo, no todo lo que parece lo es.

En más de una ocasión he explicado en catequesis y predicaciones que el lenguaje se presta en ocasiones a ambigüedades que acaban entendiéndose mal y convenciéndonos de lo que no es. Un ejemplo es cuando escuchamos de alguna carta de San Pablo las palabras “Ley” y “ley”. Sí, ya sé que parece que hable de una misma palabra y, sin embargo, estamos ante dos acepciones que en la lectura, al no distinguirse la mayúscula de la minúscula, nos puede arrastrar a la confusión.

¿Cuantas veces nos habremos preguntado “pero San Pablo” está o no favor de la Ley? Pero ese es otro tema, baste ahora con entender que la apariencia de la palabra oída no es suficiente. En un ejemplo mucho más actual y cotidiano, si decimos que la “tele” está mal, ¿me refiero a que la Televisión, es decir, el canal ofrece malos programas o estamos hablando que nuestro televisor, el aparato electrodoméstico, no funciona?

Cuando San Pablo habla de la “carne” no debemos entender el “cuerpo”, y muchísimo menos caer en la trampa del dualismo que separa cuerpo y espíritu hasta “descuartizar” a la persona. Como bien dice San Juan Pablo II, “Pablo piensa en la tensión que existe en el interior del hombre, precisamente en

su “corazón”.

Así pues, la carne de la que habla San Pablo se refiere a la concupiscencia de la

que habla en su Carta a los Efesios: “Viviendo conforme a nuestros deseos

carnales y satisfaciendo nuestra concupiscencia” (Ef 2, 3)

(publicado previamente en el semanario Catalunya Cristiana)

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CLAVES DE LECTURA DEL LIBRO DEL GÉNESIS
Javier Velasco-Arias

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EL PRIMER PECADO

Plan original de Dios

El relato del primer pecado de la Humanidad, también llamado «pecado original», que leemos en el capítulo 3 del libro del Génesis, no deja de sorprendernos. Aunque hemos de repasar un fragmento del capítulo anterior para comprender la narración:

El Señor Dios tomó al hombre y lo colocó en el jardín de Edén, para que lo guardara y lo cultivara.
El Señor Dios mandó al hombre: «Puedes comer de todos los árboles del jardín; pero del árbol de conocer el bien y el mal no comas; porque el día en que comas de él, tendrás que morir». (Gn 2,15-17)

Dios pone al ser humano ante el dilema ético: ser fiel al plan original de Dios con el que será feliz y tendrá vida, u oponerse a Dios, convirtiéndose él en el único criterio moral (conocedor del bien y del mal, independiente de Dios).

Una advertencia

No hagamos, ni con este texto ni con ningún otro de la Biblia, una lectura fundamentalista, literalista. El querer encontrar en la narración bíblica una descripción exacta de lo que pasó es una ilusión pueril. El narrador bíblico quiere «contar» (mucho más que explicar) cómo el ser humano, desde los orígenes, se apartó del plan original de Dios y los males actuales que está padeciendo la comunidad creyente, y la Humanidad en general, son consecuencia de ello.

Lealtad o soberbia

Desde esta perspectiva, el mandato de Dios consiste sólo en comprobar si el ser humano es capaz de ser leal a la alianza de amistad que le ofrece. La narración del capítulo siguiente mostrará el egoísmo y la soberbia humana, frente a la gratuidad y el don de Dios.

La serpiente, el más astuto de todos los animales del campo que el Señor-Dios había hecho, dijo a la mujer: «¿Conque os ha dicho Dios: “No comáis de ningún árbol del paraíso”?».
Respondió la mujer a la serpiente: «Del fruto de los árboles del jardín podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del jardín dijo Dios: “No comáis de él, so pena de muerte”».
Dijo la serpiente a la mujer: «No, no moriréis. Al contrario, Dios sabe que el día que comáis de él se os abrirán los ojos y seréis como Dios, conocedores del bien y del mal».
Vio la mujer que el árbol tenía frutos sabrosos y que era seductor a la vista y codiciable para conseguir sabiduría; tomó de sus frutos y comió, y dio también a su marido, que estaba con ella. Y también él comió. (Gn 3,1-6).

Los seis primeros versículos describen el diálogo entre la serpiente y la mujer, y la acción dañina posterior tanto de la mujer como del hombre. La tentación es presentada a través de una creatura, la serpiente. La instigación al mal, la seducción no proviene de Dios sino de algo externo a Él; aunque será la persona quien, en última instancia, decidirá. Vuelvo a insistir: no nos quedemos en el ropaje literario; nos perderíamos el mensaje profundo que el narrador bíblico nos quiere transmitir.

Un engaño: prescindir de Dios

En el diálogo Dios es presentado como el mentiroso, el enemigo, el obstáculo a la plena realización humana, una traba a la libertad personal. Qué actual es el mensaje que se desprende del texto. Apartarse de la voluntad divina es una liberación: es el argumento de la «serpiente».

La tentación, el primer pecado de la Humanidad, el pecado actual, también el tuyo y el mío, tienen su origen en la trampa de querer prescindir de Dios, desde la negación formal del ateo o el agnóstico a la negación práctica de tantos creyentes, en el quehacer diario. Dios es visto como una amenaza a mi libertad, a mis decisiones. Y el «fruto prohibido» es apetecible a la vista. Es de sabios, de personas inteligentes el probarlo todo; pensamos. «Y (la mujer) comió […] y también él (el hombre) comió». La igualdad entre mujer y hombre frente al pecado, su libertad es paralela. Son ambos los que se apartan del plan original de Dios.

Consecuencias

Aunque a la hora de asumir responsabilidades, todos «echamos balones fuera»: la culpa es siempre del otro, de la sociedad, de la circunstancia… Cualquier cosa antes que reconocer que soy yo el responsable de lo que he hecho.

El hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me alargó el fruto y comí.
El Señor Dios dijo a la mujer: ¿Qué has hecho? Ella respondió: La serpiente me engañó y comí. (Gn 3,12-13).

El mal, el pecado, el prescindir del plan amoroso de Dios tiene consecuencias existenciales. No es tanto un «castigo divino» como las secuelas de elegir una dirección equivocada. La fatiga, el dolor, el dominio de un ser humano sobre otro, del hombre sobre la mujer (Gn 3,16-19) son consecuencias del pecado, del mal que el ser humano ha dejado entrar en su existencia, de abandonar el plan de Dios. Pero, al principio, en el plan original de Dios no era así y, por tanto, no es algo querido por Dios: no forma parte de su designio para la Humanidad.

Pero Dios no abandona al ser humano a su suerte, a pesar del rechazo del que ha sido objeto. Las narraciones posteriores nos mostrarán a un Dios misericordioso, capaz de perdonar siempre, ofreciéndole siempre su amor gratuito. Como canta el salmista: «El Señor es compasivo y clemente, paciente y misericordioso» (Sl 103,8).

Para la oración

Llevemos a la plegaria este texto del primer libro de la Biblia. Reconozcamos cuántas veces nos hemos apartado del plan de Dios en nuestras vidas y las consecuencias que han significado para nuestra existencia.

Reconozcamos cómo el pecado nos aleja de Dios, del otro; pero, también, de la auténtica felicidad. El deseo del Dios de la Biblia es que seamos felices.

Javier Velasco-Arias
(publicado previamente en el blog "Biblia y Pastoral" el día 9 de mayo de 2017)

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LA BIBLIA, LIBRO A LIBRO

PRIMERAS IMPRESIONES SOBRE EL LIBRO DE JOB - 1ª parte

Quique Fernández

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Empieza el libro presentando a Job como un «hombre íntegro y recto, temeroso de Dios y alejado del mal» (1,1). Es casi imposible decir algo más y mejor de un hombre. Este hombre es lo que podemos llamar, si nos alejamos del sarcasmo del mundo, un hombre bueno.

Y parece aun más relevante y meritorio cuando también se nos informa que «era el más rico entre todos los Orientales» (1,3). Pero queda bien claro que su bondad y generosidad es mayor que su riqueza material, cuando leemos que no solo reza por y para él, sino que reza también por y para sus hijos, con un razonamiento generoso y misericordioso: «Tal vez mis hijos hayan pecado y maldecido a Dios en su corazón» (1,5)-

Un diálogo entre Dios y el Maligno, el Adversario, va a torcer esa maravillosa felicidad hasta límites inimaginables. El Señor dice: «¿Te has fijado en mi servidor Job? No hay nadie como él sobre la tierra: es un hombre íntegro y recto, temeroso de Dios y alejado del mal» (1,8). A lo que el Maligno responde: «Pero extiende tu mano y tócalo en lo que posee: ¡seguro que te maldecirá en la cara!» (1,11).

Esta es una acusación que muchos cristianos pueden haber recibido muchas veces: la fe en situaciones cómodas de Primer Mundo es fácil de vivir. Eso que tiene una cierta parte de razón, se desmonta con tantos creyentes, cercanos a Job, del Tercer Mundo, que es donde más está creciendo el cristianismo. Y es que a veces ocurre que nos miramos demasiado el ombligo y creemos que el prototipo de fe de occidente es el que debe servir como modelo a todo el orbe. Y que el Papa escribe solo para nosotros los occidentales.

Después de perder todos los bienes que poseía, también pierde a sus hijos: «de pronto sopló un fuerte viento del lado del desierto, que sacudió los cuatro ángulos de la casa. Esta se desplomó sobre los jóvenes, y ellos murieron. Yo solo pude escapar para traerte la noticia». (1,19).

Tengo una sensación que si no la digo reviento. Necesito para ello tomar un ejemplo de nuestros días. Existe una serie llamada «Cuéntame» protagonizada por la Familia Alcántara. Esa familia es modelo, prototipo, de la familia media española de los años 50-60-70... Claro, si no queremos tener que estrenar protagonistas nuevos cada semana (con sus consiguientes actores diferentes) pues se va a dar un efecto inevitable: todo le tiene que pasar a esa familia. Todo hasta rayar el ridículo. Porque pase que una hija se enamore de un hippy, o de un maduro separado, o de su párroco... pero todo en la misma chica, lo dicho, roza el ridículo. Pues bien, eso es lo que le ocurre a Job, que todo le ocurre a él. Él, como único protagonista de su libro, recibe todas las situaciones con las que el autor desea ejemplarizar.

Pero la respuesta de Job, he aquí el target de presentación de este libro, es que sigue siendo fiel a Dios. Si tuviésemos delante el trabajo de hacer un tráiler sobre una película de la vida de Job… tras unas cuantas escenas dramáticas aparecería la respuesta desnuda (se lo han quitado todo) de fidelidad. Todavía anda en carteleras la película «La montaña entre nosotros», donde los protagonistas sufren un

accidente de avión en mitad de las montañas nevadas. Tras la escena del accidente,

con imágenes nerviosas, ruidosas, llega la escena del silencio, la imagen de la

montaña silenciosa y solitaria, el protagonista se encuentra «desnudo de todo» ante

la majestuosidad de la montaña. Siento que lo mismo le ocurre a Job, que en ese

espacio de dolor, de soledad, de desnudez de bienes… ahí sigue encontrándose con

Dios. Y muy importante, no es un dios-magia que le quita el dolor. No, el dolor persiste

. Pero sí que es un Dios que llena su vida de convicción. Tanto como para seguir

diciendo: «¡Bendito sea el nombre del Señor!» (1,21).

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BIBLIA Y MISIÓN

P. Toni Plaza, MSC

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… Y ¿AHORA QUÉ?

Ya pasó el mes de octubre, el mes de las misiones o el mes misionero…. y ¿ahora?, ¿qué? Me da la sensación y ojalá esté equivocado, y, por favor, si alguien sabe algo que me corrija, que este mes misionero se vive de distinta manera en un hemisferio que en otro. Mejor dicho, en un mundo, tipo de sociedad, que en otro. Hago un pequeño paréntesis. Cuando era adolescente conseguí una camiseta con una viñeta en la que aparecía alguien como rezando y desde arriba una voz que decía “¿Tercer Mundo? Pero si yo sólo he creado uno”. Me da la sensación de que por esta parte del mundo no existen los grupos misioneros, de los de ir casa por casa, que anuncien el kerygma. Sí que existen las colectas dominicales, que en algunas parroquias son abundantes, o puestos, en las puertas de las iglesias poniendo pegatinas del Domund con huchas para que la gente dé su donativo. Este es un trabajo muy importante porque gracias a lo recaudado se pueden hacer muchas obras de evangelización y promoción social. Bueno, he de decir que sí tengo noticia que un movimiento de la Iglesia en el que hay un momento concreto de su caminar, no sé después de cuánto tiempo, que sí van casa por casa o en medio de las plazas para anunciar la buena noticia del Evangelio.

¿Qué es el Kerygma? Es la primera proclamación de la buena noticia: ¡JESÚS está VIVO! Pedro predica en Jerusalén: “A este Jesús que ustedes apresaron y mataron crucificándolo, lo resucitó Dios, de lo cual nosotros somos testigos” (Hch 2, 23-32). Es el mensaje central de nuestra fe. En el lenguaje sencillo sería de este modo:

Dios, a quien llamamos Padre Nuestro, nos ama incondicionalmente, pero el hombre, por el pecado, se aleja de este amor de Dios. Por medio de Jesucristo nos viene la Salvación, por eso, tenemos una invitación constante a la conversión y a caminar juntos en la Iglesia, sabiéndonos acompañados por el Espíritu Santo, que Jesús prometió. Toda esta historia de amor la tenemos reflejada en la Palabra de Dios, que no sólo deberíamos leer, sino conocer también su mensaje.

Sé que en otras partes del mundo sí que existen estos grupos misioneros que van casa por casa y no sólo en octubre, sino que van preparando diferentes misiones que realizan durante el año en lugares donde es difícil llegar. Los he visto y he participado en ellas. En las ciudades son dentro de los territorios parroquiales, pero también los hay que van “más allá de sus fronteras”. Con el grupo de “Familias Misioneras”, mis compañeros y yo los hemos acompañado en muchas ocasiones en la Misión Fluvial por el río Paraguay. En las vacaciones de verano desde isla Margarita hacia el norte hasta Bahía Negra y en las vacaciones de invierno desde isla Margarita hacia el sur. Muchas eran comunidades indígenas y una vez me tocó misionar en una completamente evangélica. Los pastores me contaron que seguían atentamente mis comentarios bíblicos por la radio local. Me sentí muy acogido y pudimos rezar juntos.

La recaudación económica es importante, pero tenemos que anunciar algo, hacer despertar las conciencias dormidas de tantos hermanos nuestros que quedan en casa simplemente. Si no ¿para qué resucitó Jesús? Ahí es donde empieza el anuncio misionero. Lo de Jesús es una buena noticia que debe ser contada. Ser cristiano no son unos sacramentos que se hacen, sino una vida que se vive. Ante un mundo que está como está, encerrado en sí mismo, pero con mucha gente que les gustaría que las cosas fueran mejor, podríamos leerles las siguientes citas del evangelio: “Dios no envió al Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que se salve el mundo gracias a él” (Jn 3, 17) y también hablar de lo importante que era para los primeros cristianos el encontrarse y compartir, a lo que eran muy asiduos (Hch 2, 42). Es decir, sólo en Jesús, el Resucitado, encontramos fuerzas en nuestras vidas y uniéndonos a nuestros hermanos (Iglesia) las cosas podrían ser muy diferentes. Si estamos convencidos de esto, no podemos quedarnos en casa y debemos salir a anunciarlo y sin necesidad de hacer mucho barullo, que el boca a boca, corazón a corazón, también sirve para “hacer lío”, como dice el Papa Francisco.

Otra de las frases que dijo a los jóvenes es: “No balconeen la vida, métanse en ella,

como hizo Jesús”. Creo que lo dijo en la JMJ de Río de Janeiro del 2013. Esta es la

misión. La actitud de quedarse en los balcones mirando cómo pasa la gente, cómo pasa

la vida, no es propia del cristiano. Se necesita gente, bautizados, que se animen a

empaparse de la Palabra de Dios y la den a entender a la gente que no se ha metido de

lleno en el mensaje de Jesús. Ojalá podamos tener la suerte que tuvo Felipe con el

etíope: “Y ¿cómo voy a entenderlo si nadie me lo explica? Y lo invitó a subir y sentarse

junto a él” (Hch 8, 31). No sé si eso mismo pasaría por estos lados de nuestro mundo,

pero… se podría intentar.

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LO SOCIAL DESDE LA BIBLIA

Mn Pere Pardo, DP

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ABRAHAM Y LOT: CONFLICTO ENTRE TRABAJADORES

Hay en el Génesis un pasaje que siempre me ha llamado la atención. No sé si mi formación inicial tiene algo que ver o porqué, en el fondo, es una situación que casi todos la hemos vivido o la vivimos: La discusión entre los pastores de Abram – el padre Dios es excelso- (recordemos que no será llamado Abraham – padre de multitudes - hasta el capítulo 17 cuando Dios establece con él la alianza) y los pastores de Lot (Gn 13, 1-18).

Los rebaños de los dos son enormes y no hay suficientes recursos para poder vivir en el mismo país. Abram y Lot deciden separarse para buscar lo mejor para los dos y su gente. Podríamos decir que deciden colaborar entre ambos y luchar por la justicia social, por sus derechos, por el bien justo […]no es una lucha contra los otros.”1 Podríamos decir que aquí nacieron, sin ellos ser del todo conscientes, los sindicatos. Ay caramba!!!

Este es un pasaje claro de ejemplo de solidaridad entre los trabajadores y el papel fundamental que tienen los sindicatos en la construcción de una plataforma para defender los derechos vitales de los trabajadores. Una defensa, tal como nos indica la Doctrina Social de la Iglesia, justa, pero desde unas premisas fundamentales:

a. No se trata de una lucha de clases. Al contrario, son una plataforma de

solidaridad y de justicia, sabiéndose autorregular y ser conscientes de las

consecuencias de sus obras en relación con la perspectiva del bien común.

b. Una de las funciones del sindicato es la de representar y contribuir en la

organización del orden justo de la vida económica. Es decir que han de ser parte

activa en la labor del desarrollo económica y social y sobre todo, de la construcción

de un bien común universal.

Es decir, hemos de hacer lo que Abram y Lot: No se discutieron, no lucharon.

Cooperaron para buscar el bien común. Abram dejo a Lot escoger que tierra quería

para los suyos y él se marcharía por el otro camino. La tierra era lo suficientemente

rica para dar cobijo a todos.

¿No os suena de nada? ¿No ha sido nunca tan necesaria esta manera de ayudarse y cooperar? Nos queda mucho que aprender de los patriarcas.

 

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Noveno y último vídeo sobre el Año de San José de nuestro colaborador

Joan Palero (Valencia)

Enlace al vídeo:

https://www.youtube.com/watch?v=dEBUP4UTsHU

El próximo mes publicaremos un artículo que recoja el enlace a todos los

vídeos de esta serie

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CONECTADOS CON EL PAPA

Octubre 2021

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Joan Palero

El Dios Espíritu, a través de la historia, se ha revelado a través de la Palabra: Muchas veces y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas. (He 1, 1) Y de manera especial, plena y definitiva, “En estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo …” (v.2-3)

Jesús, Verbo de Dios, al habitar entre nosotros nos ha dejado su ejemplo. Un ejemplo de Vida que san Pedro (el primero de los Papas) nos invita a seguir, siguiendo sus huellas.” (1 Pedro 2, 21)

Domingo 30º del Tiempo Ordinario - Ciclo B - San Marcos 10,46-52

Él es la Palabra de Verdad que avanza y va abriéndose Camino entre la humanidad, pero que también sabe escuchar y detenerse en su caminar para de manera particular escuchar a los menos afortunados, a los alejados que viven fuera de las murallas, a los que están parados al margen del camino por no poder ver ni comprender su marcha. Ante el clamor de los que no les llega la luz suficiente para poder ver y tener las cosas claras, Jesús se detiene y dice a los que le siguen: «Llamadlo.» Y a pesar de los muchos que, sin aprecio ni compasión, le regañaban para que se callara, hubo quienes, haciendo caso a Jesús y con palabras de ánimo, invitaron a Bartimeo al encuentro y diálogo con el Señor.

Ahora, detenida la marcha, el que es la Palabra no solo habla, sino que está dispuesto a escuchar: «¿Qué quieres que haga por ti?»

El resto de esta historia ya lo conocemos, es el milagro de escuchar gritos lejanos y detenerse para oír personalmente, más de cerca, y para que curados por la luz que nos trae la fe, podamos recorrer todos juntos el Camino con Jesús. Camino que es Él mismo.

San Pedro: Sigamos las huellas de Jesús.

Papa Francisco: El Sínodo no es una “convención” eclesial, una conferencia de

estudios o un congreso político, sino un acontecimiento de gracia, un proceso de

sanación guiado por el Espíritu.

Card. Omella: «Caminar juntos con Jesucristo y bajo la guía del Espíritu Santo es el

significado de la palabra “Sínodo”».

Que el milagro de haber nacido del agua de la Palabra y del Espíritu nos haga ver,

más allá de las murallas de cada Jericó, el Reino de Dios que se extiende para todos

. Ha poder dar ánimos y esperanza a los alejados, para que junto a Pedro y los

demás apóstoles TODOS podamos dar el salto hacia Jesús.

 

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LA ORACIÓN EN EL NUEVO TESTAMENTO (cap. 14)

Óscar Rodríguez

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4.La oración de Jesús en la Última Cena

4.1. Las peticiones de Jesús en la Última Cena

4.1.2. La petición por el envío del Espíritu Santo

En este último encuentro con los suyos, Jesús les promete cinco veces que les enviará el Espíritu Santo (Jn 14,15-16; 14,25-26; 15,26-27; 16,8; 16,13-14). Ya la primera promesa muestra claramente que el objeto de su oración es la efusión del Espíritu Santo:

Si me amáis, obedeceréis mis mandamientos; y yo rogaré al Padre para que os envíe otro Paráclito, para que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad (Jn 14,15-17 a)

Jesús promete a sus discípulos que pedirá al Padre que envíe el Espíritu sobre ellos. Cuando Jesús se vaya, el Espíritu Santo estará con los discípulos para protegerlos en los momentos de crisis; permanecerá con ellos en los momentos de miedo y de duda. Por eso, el Espíritu es llamado “paráclito” (ayuda, defensa). Como Jesús ha sido la ayuda para los discípulos, así el Espíritu será el “otro” defensor de su fe y será testigo de Jesús en su corazón. Por eso dice Jesús que es mejor para ellos que se vaya:

Os conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el Paráclito no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré (Jn 16,7).

La función del Espíritu Santo es doble: con su testimonio interior en el corazón de los discípulos, iluminará su conciencia íntima en medio de las persecuciones y de la oposición del mundo y, al mismo tiempo, los confirmará en su fe. En su comentario a este pasaje, Eutimio Zibageno emplea una expresión muy rica:

Él dará testimonio de mi, –dice Jesús–, resplandeciendo en vuestros corazones para daros una convicción de fe más perfecta (In Iohannem, 16)

La fe debe resplandecer, ser luz en el corazón de los discípulos. Esa fe será también fuerte y fiel, porque, junto con la luz y el esplendeor, el Espíritu dará a los discípulos la convicción y la fuerza.

El que concede el “don del Espíritu Santo” a los discípulos es el Padre, por medio de la oración de Jesús, o, como se dice a continuación, lo da Jesús mismo:

Cuando venga el Paráclito, el Espíritu de la verdad que yo os inviaré y procede del Padre (Jn 15,26).

Se ve aquí una perspectiva trinitaria del misterio de la salvación. El “don del Espíritu” que Jesús pide en la oración, es el Espíritu del mismo Jesús que es dado a la Iglesia. De esta forma, Jesús permanecerá siempre presente en su Iglesia, y su Espíritu seguirá siempre en ella. Ese es también el sentido profundo del doble símbolo de la sangre y el agua que salen del costado traspasado de Jesús (cf Jn 19,34). La sangre es símbolo de la oblación íntima de Jesús al Padre, que estará continuamente presente para los creyentes en el agua del Espíritu. Así, también nosotros, hoy, participamos de las disposiciones interiores del Señor en la cruz.

La oración de Jesús, en estas últimas horas antes del don total de sí mismo al Padre, tiene la finalidad de hacer partícipes de su misterio íntimo a los discípulos.

Por eso, el Espíritu Los iluminará para que puedan entender la verdad completa (Jn 16,13).

Les hará conocer en lo más íntimo la misión, la palabra y la persona de Jesús:

El Paráclito, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, hará que recordéis todo lo que yo os he enseñado y os lo explicará todo (Jn 14,26).

Sólo a partir de esta fe consolidada e iluminada, los discípulos podrán ser enviados al mundo y podrán decir, con las palabras de la 1ª carta de San Juan:

Esta es la fuerza victoriosa que ha vencido al mundo, nuestra fe (5,4).

Jesús ha asegurado la asistencia divina a su Iglesia para siempre. Él mismo permanecerá con ella hasta el fin del mundo (cr Mt 28,20). Este es el objeto y el fruto de su oración en la Última Cena. Con gran claridad lo explicó el Papa Pablo VI en el discurso de apertura de Concilio Vaticano II:

Porque, como sabemos, dos son los elementos que Cristo ha prometido y otorgado, aunque diversamente, para continuar su obra: el apostolado y el Espíritu. El apostolado actúa externa y objetivamente; forma el cuerpo, por asi decirlo, material de la Iglesia, le confiere sus estructuras visibles y sociales, mientras el Espíritu Santo actúa internamente, dentro de cada una de las personas, como también sobre la entera comunidad, animando vivificando, santificando (n. 3).

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LA VIDA EN CRISTO - TEMAS DEL SÍNODO

Pau Manent

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Esta es la última entrega de la primera parte sobre el sínodo, en el que vamos a enumerar las temáticas que pretende tratar el sínodo así como realizaremos un rápido recorrido por las lecturas del magisterio recomendadas para plantearse esas cuestiones.

Enlace al vídeo en Youtube

https://www.youtube.com/watch?v=1zr_fJL7R80

Mn Pau Manent Bistué

www.paumanent.es

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LA VIDA EN CRISTO - TIEMPOS Y ESPACIOS DEL SÍNODO

Pau Manent

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En la presente entrega de esta serie vamos a analizar los tiempo es y los lugares establecidos para el desarrollo del sínodo 2021-2023 de la Iglesia católica. El pasado domingo 10 de octubre de 2021 dio comienzo el sínodo en un acto simbólico en el Vaticano, y el fin de semana del 17 de octubre dará inicio el sínodo en las diócesis. Analizamos las maneras de participar del laicado y del clero en el sínodo, así como el recorrido que seguirán las distintas propuestas hasta llegar al documento de trabajo que se presentará en octubre de 2023.

Enlace al vídeo en Youtube

https://www.youtube.com/watch?v=Go9v7UanjiY

Mn Pau Manent Bistué

www.paumanent.es

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LO SOCIAL DESDE LA BIBLIA

Mn Pere Pardo, DP

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*Estrenamos esta nueva sección que, como su nombre indica, tratara sobre la cuestión social desde la luz de la Biblia

LA CREACIÓN: EL BIEN COMÚN

«Y Dios vio que todo estaba bien.»

El Bien Común fue definido en el Concilio Vaticano II en Gaudium et spes, 26 como “el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección”. Es decir, todo aquello que nos ayuda a vivir de acuerdo con la dignidad y realizarse como personas.

En el Génesis, ya desde el principio, nos encontramos con el Bien Común: en él encontramos una explicación de cómo se creó nuestro mundo de una forma simbólica, bella y armoniosa. Y al final de cada etapa de la creación (como si fueran unos fascículos) Dios contemplaba lo que había creado y lo consideraba que era correcto: “Y Dios vio que todo estaba bien”.

Podríamos decir que el Bien Común nace desde el mismo inicio de nuestras Sagradas Escrituras. En el relato de la creación vemos como Dios va creando el mundo con la finalidad de que podamos vivir todos en él con la mayor dignidad.

Pero ese Bien Común solamente es posible llevarlo a la plenitud si está estrechamente ligado a los demás, así que en una sociedad individualista, el Bien Común será un bien escaso. ¿Por qué? Porqué los individualistas no pueden conseguir esta plenitud en sí misma, sino que esta plenitud está estrechamente vinculada a los demás y en compartir con los demás. La Creación está al servicio de todos y de cada uno de nosotros, y hemos de ser capaces de ver las necesidades de aquellos que menos tienen, y si no

somos capaces, nunca podremos contribuir en el Bien Común. Es decir,

los intereses de unos pocos nunca pueden estar por encima de las

necesidades de los demás y,sobre todo, de aquellos que tienen menos.

Dios nos entregó la creación para el Bien Común, ese bien que nos

convierte a todos en hermanos y a todos responsables de colaborar,

según nuestras própias capacidades, a ese Bien Común. Decia San

Juan XXIII: «Todos los individuos y grupos tienen el deber de prestar su

colaboración personal al bien común. De donde se sigue la conclusión

fundamental de que todos ellos han de acomodar sus intereses a las

necesidades de los demás.» (Pacem in terris n. 53)

«Y Dios vio que todo estaba bien.» Y estaba bien para todos.

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CLAVES DE LECTURA DEL LIBRO DEL GÉNESIS

Javier Velasco-Arias

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EL DIOS DE LA VIDA (Génesis 1-11)

La imagen que nos sugieren los primeros capítulos de la Biblia es la de un Dios

que crea todas las cosas por amor. El amor auténtico es siempre propagativo,

comunicativo, necesita compartirse… Dios, todo amor, desea comunicarlo a toda

la Creación, con predilección al ser humano.

El Dios de la Biblia es un Dios de la vida, que encarga al ser humano, la criatura

más querida de todas, la continuidad, el cuidado, la conservación de todo lo

creado. La responsabilidad del equilibrio ecológico –utilizando el lenguaje

actual– es encomendada a la Humanidad, a cada mujer y a cada hombre.

Los relatos de la Creación que leemos en el libro del Génesis corresponden

probablemente a tradiciones de las más antiguas que encontramos en la Biblia

Hebrea, en el Antiguo Testamento. Y, más importante, la noción que el pueblo

israelita tiene de un Dios Creador no tiene correspondencia con la de otras culturas circundantes; aunque utilice, con frecuencia, imágenes y mitos comunes: un Dios que entra en diálogo amoroso con el ser humano, que tiene una exquisita preocupación de que sea feliz, que quiere compartir su amistad con él. Las narraciones del primer texto de la Biblia nos hablan de paz, armonía, orden, equilibrio, amor…

La Creación es el inicio del diálogo amoroso entre Dios y el ser humano. Toda la obra creadora, tanto en la narración sacerdotal (Gn 1,1-2,4a), como en la probablemente más antigua yahvista (Gn 2,4b-25), nos presenta a la persona humana como el centro de dicho acto, la razón última.

La imagen que nos proporcionará la Biblia sobre la Creación es la de un Dios que ha hecho todas las cosas con bondad y belleza, de manera que cualquier referencia a la Creación, al origen, participará de esa bondad y belleza original. En seis ocasiones encontraremos la exclamación: «y vio Dios que era bueno» como postilla de cada día de la Creación (Gn 1,4.10.12.18.21.25); y culmina con una séptima que plenifica y completa los anteriores: «y vio Dios que todo era muy bueno», después de la creación del ser humano, hombre y mujer (Gn 1,31).

El mal, la violencia, la muerte no están en el inicio de la obra creadora; serán la consecuencia de apartarse de ese plan original de Dios. Las posteriores narraciones del primer pecado, del asesinato de Abel por su hermano Caín, el mal generalizado que lleva al diluvio, son consecuencias de abandonar el plan amoroso y original de Dios. El pecado, el mal, la infelicidad, las discordias, las divisiones, los odios, la violencia… tienen como única causa la infidelidad al plan primigenio de Dios.

La protohistoria que nos narra los once primeros capítulos de la Biblia es un canto al amor, a la paz, al equilibrio ecológico, a la ausencia de violencia, a la felicidad humana. No intenta responder a cómo surgió el universo o la vida en el mundo o el ser humano; esas respuestas corresponden a la ciencia. Sí, por contraposición, responden a ¿Quién (con mayúscula) está detrás de cada uno de estos acontecimientos?; ¿porqué y para qué son creadas todas las cosas?; ¿cuál es el papel del ser humano en el mundo y con respecto a todo lo creado?; ¿cuál es el plan original de Dios para el Universo y para la Humanidad?. Las respuestas a estas últimas preguntas nos llevan a descubrir un Dios misericordioso, entrañable, todo amor, desde las primeras páginas de las Escrituras sagradas.

Javier Velasco-Arias

(publicado previamente en el blog "Biblia y Pastoral" el día 25 de agosto de 2016)

 

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IGLESIA EN SALIDA

Joan Palero

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Nos despedimos de septiembre, el mes de la Palabra de Dios, con la memoria de san Jerónimo, el primer traductor de la Biblia, de su lengua original al latín, a la lengua del pueblo, del vulgo, de ahí que su versión sea llamada la Vulgata “la Biblia para el pueblo”

Dice el Papa Francisco, que: “El centro de nuestra fe no es solamente un libro, sino una historia de salvación, y sobre todo una Persona: Jesucristo, Palabra de Dios hecha carne. … ”

San Jerónimo asegura que: “Ignorar la Escritura es ignorar a Cristo.” Y el Papa Francisco continúa diciendo: “La vida y misión de la Iglesia se construyen a partir de la Palabra de Dios. …”

Vida y Misión. La Palabra es la que nos da Vida y hace eficaz la Misión. “Ella es viva y eficaz, ... Penetra hasta la división entre alma y espíritu, …; discierne sentimientos y pensamientos… No hay criatura invisible para ella… (Heb 4, 12-13)

Como a Felipe, en Hechos de los Apóstoles 8, 26-40, ella ha de marcarnos el camino y acompañarnos. Conduciéndonos, nos hace SALIR y descender de nuestros nortes, dirigiéndonos hacia el sur,

“hacia los otros”. Ella nos abre ojos y oídos, no para mirarnos y seguir escuchándonos a

nosotros, sino para escuchar a Dios y verlo en los demás, sobre todo en aquellos que por estar

todavía lejos nos son invisibles. Ella ha de acercarnos hacia el encuentro de los que, aun con fe

y buena voluntad, todavía no entienden lo que creen y leen:

- ¿Entiendes lo que lees?

- ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare?

Felipe abrió su boca, y comenzando DESDE ESTA ESCRITURA, le anunció el evangelio de

Jesús.

Para que todo tenga vida y sentido, es necesario escuchar y querer salir de donde estamos, es

necesario ir, caminar llevados por el Espíritu de ella . No esperemos que muestren interés y

vengan a buscarnos, acerquémonos como Felipe, como también Jesús se acercó a nosotros

cuando ni nos interesaba ni podíamos ir a Dios.

Joan Palero

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BIBLIA Y MISIÓN

P. Toni Plaza, MSC

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“No podemos dejar de hablar lo que hemos vivido:

Cristo es lo que desde siempre hemos estado esperado”

En muchas comunidades cristianas, más las del Sur de nuestro mundo, se estarán preparando ya los grupos misioneros para salir casa por casa y a lugares lejanos de su ambiente natural a misionar. Seguro que no es la primera vez que lo hacen en este año, pero como octubre es el mes de las misiones, pues volverán a salir con el entusiasmo de siempre, porque “les va”, a anunciar la buena nueva del Evangelio. De hecho, en bastantes parroquias, además de los grupos que normalmente hay (catequesis, liturgia, pastoral social, bíblica…), existen grupos misioneros que también hacen su trabajo y tienen su compromiso con la comunidad (hacia adentro y hacia afuera).

El lema usado este año toma de referencia: Hch 4, 20(“Lo que es nosotros, no podemos callar lo que sabemos y hemos oído”). Lo personaliza y dice: “Cuenta lo que has visto y oído”. Mejor personalizado, se convierte en un compromiso personal que nos ayuda a despertar de nuestra desidia, desgana, espiritual y hace que “nos pongamos las pilas” para hacer lo que nuestro compromiso cristiano nos dice, pero no me acaba de convencer. Por eso, el título que he puesto. Bueno, como dice el refrán: “sobre gustos no hay nada escrito”.

¿Por qué Pedro y Juan llegaron a hacer esta afirmación tan terminante? Es decir, que no hay marcha atrás, es imposible. Todo empieza con la curación del que estaba en las escaleras del Templo. Las palabras de Pedro son bien hermosas: “Plata y oro no tengo, pero lo que tengo te lo doy: en nombre de Jesucristo, el Nazareno, echa a andar” (Hch 3, 6). Y ahí es donde se armó todo el revuelo, aprovecharon a predicar sobre Jesús, porque eso es lo que tenían y esa es la fuerza que les hacía, nos hace, caminar y seguir adelante, no tener miedos, ni dudas, ni prejuicios… Cuando fueron arrestados, la predicación ya estaba hecha y el espíritu de Jesús ya era el que animaba a los que oyeron y “muchos de los que oyeron el discurso abrazaron la fe, y así la comunidad llegó a unos cinco mil” (Hch 4, 4). Por eso quiero insistir en que lo de Jesús que no es simplemente algo visto y escuchado, que puede quedarse en algo anecdótico, sino, sobre todo, que es una experiencia vivida que me hace ver el horizonte de mi vida, y lo más próximo, de un modo bien distinto.

Me sigue sorprendiendo este momento de la primera comunidad, porque Pedro ya no predica a la gente en general, sino a los mismos integrantes del Consejo del templo y a los importantes y poderosos de la ciudad (Hch 4, 5-7). Su predicación se centra, como es de esperar, en Jesús (v. 10). La cuestión es que les dejó asombrados con el “aplomo”, la seguridad con la que hablaban y eso que “eran hombres simples y sin letras”. Eso sólo se puede conseguir si has tenido una experiencia de vida, como ellos la tuvieron, que dejando su vida allá en Galilea, siguieron a Jesús por todas partes.El misionero de hoy en día no vamos a obtener los resultados que consiguieron los primeros misioneros (los apóstoles, los diáconos… recuerden lo de Felipe y el funcionario etíope en Hch 8, 26-39), pero sí es un desafío para nosotros hacer nuestra misión con aplomo y valentía.

Lo de la valentía lo digo por lo que viene después: “les ordenaron abstenerse absolutamente de hablar y enseñar en nombre de Jesús” … “¿Le parece a Dios justo que les obedezcamos a ustedes antes que a Él? Juzgadlo”(Hch 4, 18-19). Buena respuesta, “no se corta un pelo” para decir lo que tiene que decir, por eso no pueden callar lo que han vivido. Es una fuerza mayor que ellos mismos. Antes, cuando estaba Jesús entre ellos, tenían dudas, no sabían bien por dónde ir, estaban pensando en los primeros puestos… incluso la madre de los Zebedeo (Mt 20, 20) se puso en medio a opinar… ¡Qué simpática situación! Una madre siempre será una madre. Pero todo eso era antes, después de la experiencia del Resucitado todo cambió y con la llegada del Espíritu Santo ya no son ellos los que viven, sino el Espíritu de Jesús que les mueve a hacer todo lo que él hizo cuando estaba en medio de ellos. Podríamos traer aquí lo de Pablo: “Y ahora no vivo yo, es Cristo quien vive en mí. Lo que vivo en mi carne, lo vivo con la fe: ahí tengo al Hijo de Dios que me amó y se entregó por mí” (Gálatas 2, 20). Estas palabras son muy significativas. Es Pablo quien está viviendo, por supuesto, pero es a impulsos de los sentimientos de Cristo, según el corazón de Jesús, que le amó y se entregó por él. Es la misma experiencia espiritual que deberíamos tener nosotros. Jesús hizo todo lo que hizo “por mí”, como dice Pablo, “por nosotros”, “por ti”, porque Pablo no habla en general, es una experiencia personal … hagamos pues nuestra vida “por Él”.

Pero no acaba ahí este acontecimiento de la primera comunidad. A mí me impresiona con agrado, admiración y compromiso. Por mucho que las autoridades del momento les prohibie-sen todo respecto a la predicación, parece que no fue lo que finalmente sucedió por miedo al pueblo “que daba gloria a Dios por lo sucedido” (Hch 4, 21b). ¿Qué hicieron los apóstoles? Fueron a compartir la experiencia con la comunidad. Al finalizar la explicación, oraron con “voz unánime” (v. 24). Y, ¿qué pidieron? ¿Verse libres de la persecución? Nada de eso.

“…Concede a tus siervos anunciar tu mensaje con toda franqueza” (v. 29). Ahí está

la valentía del misionero y la Gracia del Espíritu que habita en nosotros.

En una parroquia nuestra de Madrid hay un mensaje muy lindo: “ve por el barrio y

contagia el evangelio”. Con la alegría del que está convencido de lo que se siente y

se vive en el nombre del Señor, que tengamos no sólo este mes sino toda una vida

llena de misión y compromiso por el Reino de Dios. Unidos, como siempre, en la

oración y el compromiso por el Reino.

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DESDE ROMA

LA VIDA EN CRISTO - TEOLOGÍA DE LA SINODALIDAD

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Pau Manent

En la tercera entrega del curso sobre la sinodalidad y el sínodo de 2023

presentamos los elementos teológicos que se ponen en juego en el acto

sinodal: sensus fidei, corresponsabilidad, inspiración del Espíritu Santo, etc.

Enlace al vídeo en Youtube

https://www.youtube.com/watch?v=ZJL-ZZgoU10

Mn Pau Manent Bistué

www.paumanent.es

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Octavo vídeo sobre el Año de San José de nuestro colaborador

Joan Palero (Valencia)

Enlace al vídeo:

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https://www.youtube.com/watch?v=X9zHsWSgYQU

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LA VIDA EN CRISTO - HISTORIA DE LA SINODALIDAD

Pau Manent

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Segunda entrega del curso sobre sinodalidad, repasamos la historia del

desarrollo de diversos sínodos y concilios. Toda la información está

extraida del documento “La sinodalidad en la vida de la Iglesia” de la

Comisión Teológica Internacional.

Enlace al vídeo en Youtube

https://www.youtube.com/watch?v=uVAL65Eq3YU

Mn Pau Manent Bistué

www.paumanent.es

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